Ángela Cabezas








Docente, directora de teatro. 




¿Cómo te definís profesionalmente?
Es difícil definirse. Ahora que estamos con Groenlandia soy directora. Pero luego soy docente de teatro. A veces se dan las dos al mismo tiempo. Escuché alguna vez que en el teatro no nos puede definir el título, por lo tanto soy, en la medida que estoy haciendo. Creo que estoy todo el tiempo intentando mantenerme cerca del teatro, haciendo lo posible porque mi vida tenga relación con la escena.
¿Qué disciplinas resultaron fundamentales en tu formación?
Las artes visuales. Antes de estudiar teatro, estudié Artes Plásticas. Escultura.
¿Qué es lo más útil que te ha enseñado tu trabajo?
Que todos tenemos razones para lo que decimos, odiamos, amamos, y que cada uno anda por la vida persiguiendo y defendiendo su súper-objetivo.
¿Y lo más hermoso?
Disfrutar de la gente, disfrutar de cada ser humano. Una puesta en escena te permite conocerte casi por completo con las personas con las que estás trabajando. Aprendes a disfrutar esa convivencia desnuda que impulsa el teatro.
¿Cuáles considerás que son tus principales fuentes e influencias creativas?
La mayoría viene de las artes plásticas. Sobre todo de la instalación, me encanta Joseph Beuys, Duchamp, Vostel, y el chileno Carlos Leppe.
¿Crees haber sacrificado algo importante para dedicarte a esto?
Creo que renuncié al trabajo fácil. Con mi socio y pareja tenemos una escuela de teatro, y su crecimiento ha implicado años de trabajo dedicados casi por completo a esto. Pero no sé si es precisamente sacrificio. La docencia me permite estar siempre cerca de la creación y eso me llena.
¿En cuántos proyectos laburaste el año pasado?
Tres. Antes de Groenlandia, estábamos en otro intento de puesta sobre Juana de Arco. También estuve montando con un grupo Negro Animal Tristeza de Anja Hillling, eso se estrena pronto al fin.
¿Cuántos te esperan ahora?
Dos. Queremos seguir trabajando con el equipo de Groenlandia, y estamos definiendo el impulso para iniciar. Además quiero dirigir un monólogo con un actor, sobre una historia de Patrick Suskind.
¿Cuál es el proyecto al que dedicaste más tiempo hasta la fecha?
Un tiempo de ensayos eternos, en búsqueda de una puesta desde textos de Judith de Hebbel y Salomé de Wilde. Fueron largos meses de experimentación, sin estreno. Un tiempo muy rico, de libertad, de prueba sin la presión del estreno, nos permitimos jugar con el sonido, con el cuerpo.
¿Vivís de lo que amás o tenés otra actividad que ayuda a pagar las cuentas?
Vivo de y para la docencia, pero una docencia teatral ligada absolutamente al acto creativo.
¿Con qué otras artes te relacionas habitualmente?
Con la plástica en todas sus formas. Sobre todo con la fotografía y la escultura. La instalación y todo lo que tenga que ver con un desarrollo y proyección objetual en el espacio.
¿Qué estás leyendo?
Detrás de escena, editado por Excursiones.  Me lo trajo un alumno desde Buenos Aires.
¿Qué autores recomendás siempre?
Patrick Suskind, Clarice Lispector, Diamela Eltit, Lihn, Girondo.
¿Qué películas volvés a ver una y otra vez?
Sobre todo Blade Runner. Creo que es una película perfecta en muchos sentidos. Las actuaciones, los tiempos, los espacios, la música, la historia. North by Northwest (Intriga Internacional) de Hitchcock es un recurrente también. Y este año me quedé pegada con The Twilight Zone, la serie de los 50s. Me fascinan las historias, la estética y las actuaciones con esos tiempos infinitos que ya no caben en el cine y la televisión actual.
¿Qué buscás en la gente con la que elegís laburar?
Parto por las ganas de trabajar con esa persona, siempre. Por las ganas de conocer a esa persona en profundidad. Sin lazo afectivo, de amistad o admiración por esa persona me resulta difícil trabajar.
¿A qué profesionales de tu ámbito seguís de cerca?
En Chile a Rodrigo Pérez (Teatro La Provincia), a Bélgica Castro (por la forma en la que asume el trabajo teatral); en Argentina a Veronese y Santiago Loza. Me mueve mucho lo que hace Rodrigo García también.
¿Con quién hablás sobre tu trabajo? ¿Pedís consejo o asesoramiento a alguien de confianza?
No siempre se puede contar con alguien. Para Groenlandia tuve la suerte de contar con Marco Espinoza, profesor de la Universidad de Chile. Fue un diálogo fundamental.  
¿Cuándo te das cuenta de que tenés un nuevo proyecto entre manos?
Cuando me doy cuenta de que todo el día gira en torno a ese tema, imagen o texto. Todo lo veo a través de eso. La gente en la calle, la música, todo. Como si me envolviera. Con Groenlandia me pasó que me encontraba como nunca con madres y sus hijos por la calle. Estaban en todos lados, mostrándome muchas situaciones que están presentes en la puesta.
¿Qué hacés cuando no estás trabajando?  
Estoy viendo películas viejas, o caminando con mis perros, o no sé, lavando platos. La vida.