Segundas veces

Pocas veces nos permitimos el lujo de volver a ver una obra de la que disfrutamos. Por temor a aburrirnos con lo conocido o a que no se repita el encanto. Es una pena. Nos perdemos la posibilidad de experimentar en carne propia las infinitas variables que encierra cada función. La obra como universo en expansión, como ecosistema que se nutre de todo lo que cambia.

Un actor no repite. Renueva sus impulsos para volver a interpretar la partitura donde le dieron voz, cuerpo, espacio y tiempo. Esa partitura en la que existe como otro durante poco más de una hora.

Las obras se construyen con una estructura y un ritmo concreto. Necesitan esa contención formal. El ritmo resulta crucial. Saber si estuvieron lentos o se aceleraron. Qué implicó esa alteración, porqué pasó. Los actores poseen un mapa lleno de marcas que deben  recorrer pero gozan de la infinita libertad que supone el volver a elegir cada vez, cómo avanzar, cómo llegar a cada transición, cada frase, cada escena.

Resulta fascinante cuando podemos observar con detenimiento cómo los actores eligen, se sorprenden, juegan, piensan en escena. La contención o el desborde. La inteligencia y el riesgo. La necesidad de redoblar una apuesta con uno mismo cuando pareciera que hoy, por lo que fuera, esto no está funcionando.

Son lecciones complejas y sutiles del oficio. Cualquiera que se haya visto involucrado en el largo proceso creativo de sacar una obra adelante, las reconocerá como una parte fundamental de su crecimiento personal. Se aprende mucho viendo mal teatro, pero no nos privemos del privilegio que supone aprender de los mejores. Una buena obra, vista dos veces, con el interés del que no va al teatro sólo a entrenerse, si no a que le suceda algo, nos mejorará como profesionales porque estaremos entrenando la sutileza, la escucha y la observación.

Tuvimos la suerte de ver ayer, por segunda vez, Viejo, solo y puto.

Háganse un favor: vayan a verla.



Viejo, solo y puto.
ESPACIO CALLEJÓN
Sábados 22hs.

Humahuaca 3759.



Dirección: Sergio Boris.
Actúan: Patricio Aramburu, Marcelo Ferrari, Darío Guersenzvaig, Federico Liss, David Rubinstein.

Vestuario y escenografía: Gabriela A. Fernández.
Iluminación: Matías Sendón.
Diseño sonoro: Fernando Tur.
Fotografía y gráfica: Brenda Bianco.
Asistencia artística: Adrián Silver.
Asesoramiento de maquillaje: Gabry Romero.
Asistencia de escenografía y vestuario: Estefanía Bonessa.

Asistencia de dirección: Jorge Eiro.
Prensa: Daniel Franco, Paula Sminkin.
Producción: Jorge Eiro, David Rubinstein.