Ser o no ser un creador

Fragmentos de un artículo así titulado de Eduardo Stupía publicado en Adn Cultura hace ya dos años.

Hoy, en plena época de revisión y trastocamiento absoluto de todos los estatutos del arte, la categoría de “artista” (...) permanece allí, incolumne, disimulada o indisimuladamente solemne en un contexto de la mayor secularizad, con su carga de trascendencia. Todavía, quienes creen saberse no artistas contemplan a los que presuntamente lo son con explícita o tímida reverencia, e incluso habrá quién (…) crea detectar en el artista una esencia singular, una plusvalía que exceda la mera definición técnica o sociológica.

(…) Lo que parece haber crecido en el Producto Bruto Mundial no son tantos las obras de arte, sino los artistas, probablemente debido a las extraordinarias facilidades tecnológicas al alcance de cualquiera y, consecuentemente, a la multiplicación exponencial de instancias críticas y fenómenos que legitiman todo tipo de experimentos con nuevas normas de institucionalidad y legibilidad estética. Y, además, porque los artistas, verdaderos o falsos, han asumido con notable ductilidad mediática, la necesidad de disimular el oropel. NO BASTA CON SER ARTISTA, también hay que no parecerlo. (…)

Hoy por hoy, el mundo y el arte se parecen cada vez más, y en consecuencia, ya casi no habría porqué insistir en linear la diferencia entre artistas y “civiles”. Sin embargo, (…) la noción de jerarquía artística persiste, y ser artista también es actuar como artista. Y no meramente ante las exigencias de la escena pública, donde muchas veces la construcción del artista-personaje, es más importante que la obra, cuando no la obra misma, sino en el ámbito del estudio; allí el espejo puede eventualmente devolvernos nuestra propia imagen de artista simulacro. Pero un buen día se cae y, en forma fugaz, vemos el rostro desnudo de nuestra expresión “artística”. (…) Una repentina crisis de conciencia entre la pretensión y las limitaciones, entre la aptitud constructiva y la importancia y la mudez. (…) Ser artista es cualquier cosa menos eso que creíamos que era.

La Nación, 20 septiembre de 2008.

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