Razonamientos de un testarudo. Satie (II)

Me llamo Eric Satie, como todo el mundo.

Lo que me gustaría es que todos los franceses, nacidos en territorio francés, de padres franceses o que lo parezcan, tuvieran derecho a un puesto de cartero en París.

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Denme un poeta y haré dos músicos, uno cancionista y otro acompañante de piano. En seguida, el cancionista montará un cabaret de los de Montmartre. Unos años más tarde, el pianista morirá alcohólico y el cancionista será príncipe, duque u otra cosa mejor todavía.

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Algunos artistas quieren ser enterrados vivos.

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El pasado sirve para armarse con fuerza.
El futuro es la lucha en lo desconocido vislumbrado.
Aprended a ver a lo lejos, a lo lejísimos.

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Revista La danza del ratón, nº 19, julio 2001. p. 25.

Hay que proseguir el ensayo.

No importa que debamos improvisar,
que no haya director
y que la pieza que ensayamos no se estrene nunca.
También la flor es un ensayo,
la palabra es un ensayo,
el silencio es un ensayo,
el amor es un ensayo,
los dioses fueron un ensayo.
Aunque el anfiteatro esté vacío
y nos desnuden las ausencias,
como a la flor la desnuda
el hecho elemental de que todo no sea flor,
que el aire no sea flor,
que la luz no sea flor,
que el tiempo,el pensamiento no sean flor.
Aunque la voz del hombre
esté llena de huecos
o tal vez sea un hueco,
hay que proseguir el ensayo.
Es el único modo
de que al menos los otros ensayos
quizá se estrenen algún día.
Y entonces tal vez ellos nos arrastren.

Roberto Juarroz.
www.robertojuarroz.com

Miyó Vestrini

Toda la vida no vas a tener ganas de saltar cuando veas el mar o cuando haya luna llena, toda la vida no se tienen ganas de hacer lo mismo, ¿entiendes?, sí eso eso, respira hondo, cálmate y pide un trago y mira hacia otro lado, hacia donde quieras pero que no sea espejo, porque vas a empezar otra vez, que si la memoria y la guerra y los fantasmas de mierda y el tiempo que no pasa rápido, ¿no te fastidias?, siempre lo mismo, el perro que ladra y la luz que agoniza, eres la única que lo ve así, a ver, pide un trago y óyeme lo que te voy a decir,
por la mañana
los ojos se llenan de lágrimas
porque no hay locos en la casa
y tarda mucho en hacerse de noche
y las multitudes
y esa luz de la tarde que revienta
tiempo,
cautela,
no lo digas otra vez, todo eso me da en la madre, si ya sé lo de la fatiga, lo del desafecto y el estupor, y no me importa el marido frustrado de Creeley, empezando que no sé quién es el bolsa ese, confórmate, ¿ves?, todos los días la gente regresa a su casa, ¿no?, y no vas a componer las cosas arrechándote por una cama o una cortina floreada o una mesa cuadrada, métete un viaje de toña la negra o de leo marini o de la bola de nieve y cálate tus cuentos y los míos y hablando de infortunios, no me metas, ¿Ok?

Miyó Vestrini. De El invierno próximo. 1975.
Revista La danza del ratón, nº 19, julio 2001. p. 25.

Anaïs Nin

"Mi imagen de los demás ha sufrido mil transformaciones desde la idealización al rechazo total, a la reconstrucción y salvación de un ser totalmente nuevo. A medida que yo iba cambiando, cambiaba mi perspectiva. (…) Somos como escultores, tallando constantemente en los demás la imagen que anhelamos, necesitamos o deseamos. A menudo en contra de la realidad y en menoscabo de los demás, y, siempre, al final, una desilusión, porque no corresponde a ellos".

Consejos de Leonard Cohen para llevar la poesía a escena

Cómo hablar poesía.

(…) Jamás actúes las palabras. Nunca intentes despegarte del suelo cuando hables acerca de volar. Jamás cierres los ojos volviendo violentamente la cabeza al hablar de la muerte. No claves en mí tus ojos ardientes cuando hables de amor. (…) Si la ambición y el hambre de aplausos te han llevado a hablar acerca del amor deberías aprender cómo hacerlo sin ponerte en ridículo o destrozar el tema. (…)
No puedes decirle al público todo lo que sabes del amor en cada línea de amor que hables. Hazte a un lado y ellos sabrán lo que sabes porque ellos lo saben ya. No tienes nada que enseñarles. Ya no hay escenario. Ya no hay candilejas. Estarás entre la gente. Entonces se modesto. Di las palabras, transmite los datos, hazte a un lado. Quédate solo. (…) Respeta la intimidad del material. Estas piezas fueron escritas en silencio. El valor de la representación es el de decirlas. La disciplina del juego es no violarlas. Que el público sienta tu amor a la intimidad a pesar de que no exista intimidad. Se buena puta. El poema no es un eslogan. No puede anunciarte. No puede promocionar tu reputación de persona sensible. No eres un semental. No eres una mujer fatal. Eres un estudiante de la disciplina. No actúes las palabras. Las palabras mueren cuando las actúas, se consumen y nos quedamos sin nada más que tu ambición. (…)
No trabajes a la audiencia en busca de exclamaciones y suspiros. Si eres merecedor de exclamaciones y suspiros no será a causa de tu apreciación del suceso, sino a causa de la suya. Estará en las estadísticas y no en el temblor de la voz o en los cortes que hagas en el aire con tus manos. Estará en los datos y la queda organización de tu presencia.
Evitas las florituras. No temas ser débil. No tengas vergüenza de estar cansado. Tienes un aspecto magnífico cuando estás cansado.

Leonard Cohen. Memorias de un mujeriego, Visor, 1982.

La jornada del músico. Erik Satie.

El artista debe regular su vida.
Aquí tienen el horario detallado de mis actividades diarias:

Me levanto a las 7.18; inspirado de 10.23 a 11.45. almuerzo a las 12.11hs. y me levanto de la mesa a las 12.14hs.
Saludable paseo a caballo, en el fondo del parque: de 13.19 1 14.53hs.
Otra inspiración: de 15.12 a 16.07hs.
Ocupaciones diversas: (esgrima, reflexiones, inmovilidad, visitas, contemplación, destreza, natación, etc.) de 16.21 a 18.47hs.
La cena se sirve a las 19.16 y se termina a las 19.20. a continuación, lecturas sinfónicas en voz alta: de 20.09 a 21.59hs.
Me acuesto normalmente a las 23. 37hs. Una vez por semana, despertar sobresaltado a las 3.19hs.(los martes).
Sólo como alimentos blancos: huevos, azúcar, huesos rallados, grasa de animales muertos, ternera, sal, coco, pollo cocido en agua blanca, mohos de fruta, arroz, nabos: morcilla alcanforada, pastas, queso (blanco), ensalada de algodón y algunos pescados (sin piel).
Me hiervo el vino, que bebo frío con zumo de fucsia. Tengo apetito: pero no hablo nunca comiendo, por miedo a atragantarme.
Respiro con cuidado (poco cada vez). bailo muy raras veces. Cuando ando, voy por los lados y miro fijamente atrás.
Muy serio de aspecto, se me río es sin querer. Y siempre me disculpo por ello con educación.
Sólo duermo con un ojo: tengo un sueño muy duro. Mi cama es redonda y perforada por un agujero para que pase la cabeza. Cada hora, un criado me toma la temperatura y me pone otra.
Desde hace tiempo estoy abonado a una revista de moda. Llevo un gorro blanco, medias blancas y un chaleco blanco.
El médico me ha dicho siempre que fume. A sus consejos añade: Fume, amigo, si no, fumará otro en su lugar.

Erik Satie. Memorias de un amnésico.
Revista La danza del ratón nº 16, junio 1999. pp. 13 – 18.

La paradoja del artista moderno

"El joven que desea convertirse en un artista moderno se encuentra abocado a la siguiente disyuntiva: está obligado a tener éxito si quiere hacer de artista moderno; pero debe rehuirlo con todas sus fuerzas si quiere ser artista moderno. Dilema grave entre hacer y ser que obliga a decidir a quién se obecede, si a la representación del poder (Estado) que otorga el éxito, o a las fuerzas oscuras que lo controlan (masas), únicas capacitadas para conceder la oportuna indiferencia".

(...) "Un artista es aquel que pone en términos sensibles y accesibles una pregunta, no una respuesta".

Félix de Azúa, El aprendizaje de la decepción, Anagrama, Barcelona, 1996.
FOTO: Calavera de platino y diamantes de Damien Hirst, titulada "Por el amor de Dios". Valorada en 18millones de euros.

Porque todo sucedió en el baño

Texto y dirección: Lautaro Perotti.
Actúan: Francisca Ure, Alejandra Carpinetti, Juan Cosín, Andrés Civaglia.

Si lo que te gustan son las historias que comienzan y terminan, no la veas.
Si eres uno de esos espectadores que se sienta al abrigo de la oscuridad y espera pasarla bien porque se lo dan todo hecho, no la veas.
Si no sabés o no tenés ganas de leer entrelíneas, de inventarte un subtexto ahí, en vivo, con ellos, no la veas.
Si lo que esperas es un texto lleno de certezas y frases lapidarias, no la veas.
Si pensás que los personajes deben ser transparentes en su claridad... No la veas.

Si, muy por el contrario, sos un espectador interesado en los procesos creativos, si entendés que la esencia de cada función no se repite, si piensas que en la vida no todo se entiende a la primera, si manejás con soltura las elipsis y estás familiarizado con la estética cinematográfica, si considerás que la honestidad de una propuesta escénica es un valor añadido no desdeñable en estos días, si te interesa apreder algo sobre la dirección de actores, si no eres de los que necesita reírse sí o sí para identificar un detalle cómico, si sos amante de las sutilezas, si la síntesis te parece un acierto y si querés ver como se construye un microespacio con casi nada... Puede ser que esta propuesta sea para vos.