El pozo donde se encuentran

El programa anuncia: "Del amor al asesino. De los hombres que matan a las mujeres. Del desencuentro en el corazón del encuentro. Del agujero en el corazón. Del pozo donde se encuentran".

Esas son las ideas elegidas como carta de presentación para El pozo donde se encuentran, última obra dirigida por Román Podolsky, estrenada en Timbre 4. Intuimos: son ideas elegidas entre cientos de posibilidades. La obra goza de una dramaturgia fértil que potencia el significado de las palabras jugando con las imágenes que acarrean. Por momentos la literalidad con la que los personajes sostienen su discurso es lo que genera un contraste absurdo que mueve a una risa tan genuina como nerviosa. Porque hay humor, sí, pero es un humor oscuro, un humor sobre la violencia del amor y la muerte, sobre lo inevitable de ambos y sobre el peor de los modos posibles de transitarlo. El pozo donde se encuentran quiere ser eso: un espacio subterráneo donde coinciden realidades imposibles. Los asesinos y sus víctimas, la vida y la muerte, el comienzo y el fin de muchas historias. Historias de amor. O no.

Las raíces de la idea, por poético que sea el universo en el que se desarrolla, remiten de modo inevitable a una verdad social que aparece y desaparece de los diarios según las necesidades de la agenda mediática de turno: la violencia de género. Las miles de mujeres que mueren cada año a manos de un hombre que, en muchos casos, supo ser el amor de su vida. Pocas realidades tan desmedidamente absurdas.

El pozo donde se encuentran aborda ese tema para convertirlo en un delirio donde reina cierta extraña calma que desasosiega. Apenas araña la superficie de unas pocas historias para ello. Parejas en las que todo era perfecto hasta que dejó de serlo. El deseo como juego y el juego llevado hasta sus últimas consecuencias, hasta que pierde la gracia. El amor como capricho, como azar injustificable. Y el fin del amor como una parte inevitable del mismo.

De todo eso y bastante más está lleno ese pozo al que nos invitan. Son muchos los referentes que van a cruzar por sus cabezas. Desde A puerta cerrada a Six feet under.
La puesta es escena opta por lo mínimo e imprescindible. El hincapié está puesto en la dramaturgia y el trabajo actoral. Un elenco de quince actores tan equilibrado como interesante donde se aprecia la búsqueda de una organicidad coral. Cabe destacar que la obra es fruto de un taller de montaje impartido por Podolsky en Timbre 4 y que el proceso de creación tuvo mucho que ver con ese método de trabajo suyo donde las palabras, la forma de decir de los actores, el valor dado y buscado a la expresión y al imaginario personal de cada uno son la materia prima de los personajes.

Román Podolsky es uno de esos raros directores y docentes que ha sabido hacer de su búsqueda un método de trabajo. El pozo donde se encuentran es una buena oportunidad para conocer el resultado de esa experiencia.

El pozo donde se encuentran
Dramaturgia y dirección: Román Podolsky.
Actúan: Juan Apat, Magdalena Barril, Silvia Bassi, Gonzalo Bueno, Mercedes Carbonella, Veronica D´amore, Ignacio D´Olivo, Romina Ganovelli, Harri Garmendia, Eladia Grosso, Hernán Lewkowicz, Mariana Nobre, Sebastián Romero, Fernando Sala, Josefina Scaro.
Concepción espacial: Román Podolsky.
Fotografía y gráfica: Romina Ganovelli.
Asesoramiento de iluminación: Alejandra Polito.

Asesoramiento de vestuario: Alejandra Polito.
Asistencia de dirección: Vanina Montes / Laura Lértora.
Timbre 4. Boedo 640.
Domingos 21hs.