Nos invitaron a formar parte de Continuidad de los Libros, revista digital dedicada a la difusión de la literatura y otras artes transatlánticamente. Inauguramos una sección dedicada al teatro donde iremos desgranando vaya usted a saber qué inquietudes que nos rondan. Comenzamos la hazaña haciendo memoria, rebobinando, buscándonos en el origen, en el comienzo de nuestra relación con el teatro allá lejos y entonces, en un colegio público de Valladolid. Lo hacemos para, una vez más, interrogarnos sobre qué es el teatro y cuánto hace por nosotros.
"En la ardua tarea de definir qué es el teatro, se echa mano de la antigua Grecia, el poder de la catarsis, su relación con lo sagrado, los ritos, las fiestas paganas y, cómo no, con la imperiosa necesidad de contar historias que nos define. Hablamos del teatro como arte eterno, lugar de encuentro, herramienta social, formativa y ejercicio político también, por supuesto. La práctica del teatro es la práctica de la resistencia. Contra todo y ante muchos. Pero si la conversación es larga e íntima, la seriedad cede y se impone otro interrogante: ¿qué es para mí el teatro? Ahí las respuestas son tan infinitas como válidas. Los amantes del teatro tenemos una relación desmedida, obscena y contraproducente con él. Quién más, quién menos, ha tratado de abandonarlo en alguna ocasión o, al menos, de engañarse durante un tiempo, pensando que tal cosa es posible. Pero no. Una vez que te inocularon el virus teatrero en cualquiera de sus cepas, el compromiso que se adquiere con su causa permanece junto a uno mientras haya vida. Mientras hay vida, hay esperanza, dicen. Y el teatro es una fábrica de esperanza".
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