Hay gente terriblemente trabajadora que ya está pensando en lo que se viene después de las fiestas y desasosiegos. Para los más inquietos e impacientes con su agenda, acá va una buena pista para seguir buscándose y creciendo, una nueva propuesta de seminario de investigación de Román Podolsky:
Palabras planas, palabras plenas.
"Destinado a actores con experiencia profesional que quieren
escribir lo que actúan y actuar lo que escriben".
Encontraréis más información en su blog: www.romanpodolsky.blogspot.com
Estreno recomendado
A partir del 17 de octubre, todos los sábados a las 21 y 22.30hs. en el teatro Timbre 4 podremos ver Los efectos del viaje, de Javier Swedzky, con las actuaciones de Lorena Barutta y Román Llamas.
El trabajo de sus creadores se asienta en una propuesta lúdica y muy osada. Un más difícil todavía, una hábil vuelta de tuerca a ese principio teatral que sentencia que: la función nunca se repite. Tranquilos, no se trata de otra odiosa propuesta de improvisación al pedo, no. Es mucho más sutil e interesante.
Un posible resumen sería: 13 escenas, 9 cartas del tarot, una historia por contar y tantas maneras para hacerlo como el azar imponga.
El argumento está ahí, en el fondo, pero en cada función se nos revelará de un modo distinto. Un día conoceremos a una Penélope feliz que sufre la ausencia del amado pero la trasciende, otro, ella también se irá, pero derrotada. Construiremos nuestra propia metáfora del abandono, de la soledad y del amor. Y álguna noche será densa, oscura, sentenciosa, pero otras conseguirá que nos ríamos de nosotros mismos.
¿Más interesante aún? Los mismos actores desconocen el orden en el que la historia tomará forma ante nuestros ojos. Y en ese desconocimiento se asentarán las diferencias vitales de cada función pues, una y otra vez, tendrán que redescubrir las escenas conocidas, dejar que acontezca lo inevitable y que la emoción los modifique y les muestre los infinitos pliegues de su trabajo, las sutiles diferencias que tienen el poder de resignificarlo todo.
Por si esto fuera poco, el texto es inteligente y toda la propuesta ahonda en un universo poético tan sencillo como cálido e intimista y la estética es minuciosa y exquisita. La originalidad de la obra se nutre del orígen de sus creadores - como suele suceder siempre que algo destaca cualitativamente -, y asoma en esos detalles que marcan la diferencia. Nos negamos a desvelar ninguno.
Vayan y disfruten.
El trabajo de sus creadores se asienta en una propuesta lúdica y muy osada. Un más difícil todavía, una hábil vuelta de tuerca a ese principio teatral que sentencia que: la función nunca se repite. Tranquilos, no se trata de otra odiosa propuesta de improvisación al pedo, no. Es mucho más sutil e interesante.
Un posible resumen sería: 13 escenas, 9 cartas del tarot, una historia por contar y tantas maneras para hacerlo como el azar imponga.
El argumento está ahí, en el fondo, pero en cada función se nos revelará de un modo distinto. Un día conoceremos a una Penélope feliz que sufre la ausencia del amado pero la trasciende, otro, ella también se irá, pero derrotada. Construiremos nuestra propia metáfora del abandono, de la soledad y del amor. Y álguna noche será densa, oscura, sentenciosa, pero otras conseguirá que nos ríamos de nosotros mismos.
¿Más interesante aún? Los mismos actores desconocen el orden en el que la historia tomará forma ante nuestros ojos. Y en ese desconocimiento se asentarán las diferencias vitales de cada función pues, una y otra vez, tendrán que redescubrir las escenas conocidas, dejar que acontezca lo inevitable y que la emoción los modifique y les muestre los infinitos pliegues de su trabajo, las sutiles diferencias que tienen el poder de resignificarlo todo.
Por si esto fuera poco, el texto es inteligente y toda la propuesta ahonda en un universo poético tan sencillo como cálido e intimista y la estética es minuciosa y exquisita. La originalidad de la obra se nutre del orígen de sus creadores - como suele suceder siempre que algo destaca cualitativamente -, y asoma en esos detalles que marcan la diferencia. Nos negamos a desvelar ninguno.
Vayan y disfruten.
Los efectos del viaje de Javier Swedzky.
Actúan: Lorena Barutta y Román Llamas.
Vestuario y escenografia: Adriana Estol.
Vestuario Ulises y Penélope: Florencia Gonzalez.
Realizacion de titeres y objetos: Román Lamas.
Iluminación: Ricardo Sica.
Asistencia artística: Lala Mendía.
Dirección:Lorena Barutta, Román Llamas y Javier Swedzky.
Alejandra Szir
Suecia es un poemario de la argentina Alejandra Szir. Lo encontré casualmente y sólo sé de la autora lo que pone en la tapa: que es del 71, que ganó algunos premios literarios y que reside en Delft, Holanda, y trabaja en la biblioteca de un pueblo vecino.
Es un trabajo íntimo que se nutre de referencias sobre la existencia cotidiana en un país lejano bajo una lengua extraña que trata de adquirirse, donde de golpe, llega la nostalgia por lo dejado atrás pero también comienzan a sentirse las eficacias del tiempo en la distancia y todo lo que implica.
Es un texto vital, por momentos lúdico, honesto, interesante y emotivo, por el que desarrollé una fuerte empatía y al que vuelvo cada tanto.
Éstas son algunas de sus instantáneas.
Unas palabras quietas
tanto que ya no lastiman
ni expresan
nada de nada
mis palabras y las tuyas
el teléfono
el domingo
simplemente existe
la distancia
y todo es tan previsible
no quiero perderte
ni quiero perder mi vida
pero no puedo llevar
las dos cosas a su fin.
Allá, muchas voces suaves
acá mis propias palabras
muy quietas
y alguien, el resto
no existe
ni pelea por estar
yo quería contarte todo eso
pero nos reímos un poco
y el mundial continúa
yo estoy segura de mí misma
pero me faltan
esas voces suaves
que eran tantas.
**
Si las golondrinas vuelan altas
pronostican buen tiempo
y si están bajas
va a llover.
Ahora llueve
¿qué hace esa golondrina
volando alto?
Llueve y no me cabe la menor duda
pero ese pájaro
me desafía
ridículo.
**
Schopenhauer
Todo quiere existir.
Estar es querer.
Lentamente me desprendo
hipnotizada por el dolor
el impulso descripto
en las palabras.
**
Alejandra Szir, Suecia, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 2006.
Es un trabajo íntimo que se nutre de referencias sobre la existencia cotidiana en un país lejano bajo una lengua extraña que trata de adquirirse, donde de golpe, llega la nostalgia por lo dejado atrás pero también comienzan a sentirse las eficacias del tiempo en la distancia y todo lo que implica.
Es un texto vital, por momentos lúdico, honesto, interesante y emotivo, por el que desarrollé una fuerte empatía y al que vuelvo cada tanto.
Éstas son algunas de sus instantáneas.
Unas palabras quietas
tanto que ya no lastiman
ni expresan
nada de nada
mis palabras y las tuyas
el teléfono
el domingo
simplemente existe
la distancia
y todo es tan previsible
no quiero perderte
ni quiero perder mi vida
pero no puedo llevar
las dos cosas a su fin.
Allá, muchas voces suaves
acá mis propias palabras
muy quietas
y alguien, el resto
no existe
ni pelea por estar
yo quería contarte todo eso
pero nos reímos un poco
y el mundial continúa
yo estoy segura de mí misma
pero me faltan
esas voces suaves
que eran tantas.
**
Si las golondrinas vuelan altas
pronostican buen tiempo
y si están bajas
va a llover.
Ahora llueve
¿qué hace esa golondrina
volando alto?
Llueve y no me cabe la menor duda
pero ese pájaro
me desafía
ridículo.
**
Schopenhauer
Todo quiere existir.
Estar es querer.
Lentamente me desprendo
hipnotizada por el dolor
el impulso descripto
en las palabras.
**
Alejandra Szir, Suecia, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires, 2006.
A modo de poética práctica
No sé si hacer
o más bien deshacer.
Si hacerlo mal
o hacerlo bien
Hacer por hacer
sólo pa'deshacer
sólo por deshacer.
Nunca hacer por hacer.
Miguel Bosé, estribillo de Hacer por hacer.
Razonamientos de un testarudo. Satie (II)
Me llamo Eric Satie, como todo el mundo.
Lo que me gustaría es que todos los franceses, nacidos en territorio francés, de padres franceses o que lo parezcan, tuvieran derecho a un puesto de cartero en París.
**
Denme un poeta y haré dos músicos, uno cancionista y otro acompañante de piano. En seguida, el cancionista montará un cabaret de los de Montmartre. Unos años más tarde, el pianista morirá alcohólico y el cancionista será príncipe, duque u otra cosa mejor todavía.
**
Algunos artistas quieren ser enterrados vivos.
**
El pasado sirve para armarse con fuerza.
El futuro es la lucha en lo desconocido vislumbrado.
Aprended a ver a lo lejos, a lo lejísimos.
**
Revista La danza del ratón, nº 19, julio 2001. p. 25.
Lo que me gustaría es que todos los franceses, nacidos en territorio francés, de padres franceses o que lo parezcan, tuvieran derecho a un puesto de cartero en París.
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Denme un poeta y haré dos músicos, uno cancionista y otro acompañante de piano. En seguida, el cancionista montará un cabaret de los de Montmartre. Unos años más tarde, el pianista morirá alcohólico y el cancionista será príncipe, duque u otra cosa mejor todavía.
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Algunos artistas quieren ser enterrados vivos.
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El pasado sirve para armarse con fuerza.
El futuro es la lucha en lo desconocido vislumbrado.
Aprended a ver a lo lejos, a lo lejísimos.
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Revista La danza del ratón, nº 19, julio 2001. p. 25.
Hay que proseguir el ensayo.
No importa que debamos improvisar,
que no haya director
y que la pieza que ensayamos no se estrene nunca.
También la flor es un ensayo,
la palabra es un ensayo,
el silencio es un ensayo,
el amor es un ensayo,
los dioses fueron un ensayo.
Aunque el anfiteatro esté vacío
y nos desnuden las ausencias,
como a la flor la desnuda
el hecho elemental de que todo no sea flor,
que el aire no sea flor,
que la luz no sea flor,
que el tiempo,el pensamiento no sean flor.
Aunque la voz del hombre
esté llena de huecos
o tal vez sea un hueco,
hay que proseguir el ensayo.
Es el único modo
de que al menos los otros ensayos
quizá se estrenen algún día.
Y entonces tal vez ellos nos arrastren.
Roberto Juarroz.
www.robertojuarroz.com
que no haya director
y que la pieza que ensayamos no se estrene nunca.
También la flor es un ensayo,
la palabra es un ensayo,
el silencio es un ensayo,
el amor es un ensayo,
los dioses fueron un ensayo.
Aunque el anfiteatro esté vacío
y nos desnuden las ausencias,
como a la flor la desnuda
el hecho elemental de que todo no sea flor,
que el aire no sea flor,
que la luz no sea flor,
que el tiempo,el pensamiento no sean flor.
Aunque la voz del hombre
esté llena de huecos
o tal vez sea un hueco,
hay que proseguir el ensayo.
Es el único modo
de que al menos los otros ensayos
quizá se estrenen algún día.
Y entonces tal vez ellos nos arrastren.
Roberto Juarroz.
www.robertojuarroz.com
Miyó Vestrini
Toda la vida no vas a tener ganas de saltar cuando veas el mar o cuando haya luna llena, toda la vida no se tienen ganas de hacer lo mismo, ¿entiendes?, sí eso eso, respira hondo, cálmate y pide un trago y mira hacia otro lado, hacia donde quieras pero que no sea espejo, porque vas a empezar otra vez, que si la memoria y la guerra y los fantasmas de mierda y el tiempo que no pasa rápido, ¿no te fastidias?, siempre lo mismo, el perro que ladra y la luz que agoniza, eres la única que lo ve así, a ver, pide un trago y óyeme lo que te voy a decir,
por la mañana
los ojos se llenan de lágrimas
porque no hay locos en la casa
y tarda mucho en hacerse de noche
y las multitudes
y esa luz de la tarde que revienta
tiempo,
cautela,
no lo digas otra vez, todo eso me da en la madre, si ya sé lo de la fatiga, lo del desafecto y el estupor, y no me importa el marido frustrado de Creeley, empezando que no sé quién es el bolsa ese, confórmate, ¿ves?, todos los días la gente regresa a su casa, ¿no?, y no vas a componer las cosas arrechándote por una cama o una cortina floreada o una mesa cuadrada, métete un viaje de toña la negra o de leo marini o de la bola de nieve y cálate tus cuentos y los míos y hablando de infortunios, no me metas, ¿Ok?
Miyó Vestrini. De El invierno próximo. 1975.
Revista La danza del ratón, nº 19, julio 2001. p. 25.
por la mañana
los ojos se llenan de lágrimas
porque no hay locos en la casa
y tarda mucho en hacerse de noche
y las multitudes
y esa luz de la tarde que revienta
tiempo,
cautela,
no lo digas otra vez, todo eso me da en la madre, si ya sé lo de la fatiga, lo del desafecto y el estupor, y no me importa el marido frustrado de Creeley, empezando que no sé quién es el bolsa ese, confórmate, ¿ves?, todos los días la gente regresa a su casa, ¿no?, y no vas a componer las cosas arrechándote por una cama o una cortina floreada o una mesa cuadrada, métete un viaje de toña la negra o de leo marini o de la bola de nieve y cálate tus cuentos y los míos y hablando de infortunios, no me metas, ¿Ok?
Miyó Vestrini. De El invierno próximo. 1975.
Revista La danza del ratón, nº 19, julio 2001. p. 25.
La enseñanza del mal teatro
Cada vez que salimos de una obra maldiciendo, aburridos, indignados, puteando, sin poder contener las frases venenosas que sólo nuestros pacientes acompañantes escuchan, comparten, matizan o discuten, se llega a la serena y consoladora conclusión de que, al menos, poseemos las armas precisas para defendernos de la amenaza, los recursos necesarios para enjuiciar ese trabajo con argumentos de peso que van más allá del escuálido: "no me gustó".
Del mismo modo en que un libro, por malo que sea, sólo por el hecho de proporcionarnos una lectura, de un modo elemental, básico y casi primitivo, nos está beneficiando, así, el mal teatro, nos revela las claves de todo lo que debemos evitar en nuestros trabajos.
Nada enseña más sobre estructura y sentido del ritmo, que las obras crueles donde cada escena se hace interminable, el pobre argumento no avanza, el tempo no existe y cada pausa se abre como un agujero negro dispuesto a devorarnos.
Nada enseña más sobre actuación que los actores tensos, empeñados en hacer fuerza para transmitirnos algo que no entienden, dispuestos a fingir un sentimiento, impunes, ofensivos, ajenos a su texto, burdos imitadores de una realidad que caricaturizan desde lejos.
Nada enseña más sobre dramaturgia que los textos estériles llenos de pretensiones, tópicos, petulancias, rarezas caprichosas que no se justifican ni en el fondo ni en la forma.
Nada enseña más sobre dirección que la triste exposición de actores que aún no saben, ni entienden ni asimilan.
Nada enseña más sobre puesta en escena que los espacios desaprovechados, los objetos inútiles que "adornan" el lugar, la música que ilustra, subraya e incomoda o el abuso de los apagones para suplir elipsis que nadie resolvió.
En definitiva: se puede hacer tan bien el mal...
Del mismo modo en que un libro, por malo que sea, sólo por el hecho de proporcionarnos una lectura, de un modo elemental, básico y casi primitivo, nos está beneficiando, así, el mal teatro, nos revela las claves de todo lo que debemos evitar en nuestros trabajos.
Nada enseña más sobre estructura y sentido del ritmo, que las obras crueles donde cada escena se hace interminable, el pobre argumento no avanza, el tempo no existe y cada pausa se abre como un agujero negro dispuesto a devorarnos.
Nada enseña más sobre actuación que los actores tensos, empeñados en hacer fuerza para transmitirnos algo que no entienden, dispuestos a fingir un sentimiento, impunes, ofensivos, ajenos a su texto, burdos imitadores de una realidad que caricaturizan desde lejos.
Nada enseña más sobre dramaturgia que los textos estériles llenos de pretensiones, tópicos, petulancias, rarezas caprichosas que no se justifican ni en el fondo ni en la forma.
Nada enseña más sobre dirección que la triste exposición de actores que aún no saben, ni entienden ni asimilan.
Nada enseña más sobre puesta en escena que los espacios desaprovechados, los objetos inútiles que "adornan" el lugar, la música que ilustra, subraya e incomoda o el abuso de los apagones para suplir elipsis que nadie resolvió.
En definitiva: se puede hacer tan bien el mal...
La lectura en la formación actoral
Ya hemos mencionado alguna vez el absurdo de encontrarse con estudiantes de teatro que no leen. Supongo que esta realidad no espanta a nadie, al fin y al cabo, también hay estudiantes de letras que conocen los libros sólo por un resumen cibernético. Con suerte. No obstante, a mí la indignación no me cabe en el cuerpo. ¿Quién estudia teatro por obligación? ¿Quién es el mártir que se somete a las dificultades, el bochorno, la bronca, la frustración, el esfuerzo físico que implica cualquier clase, por pobre que ésta sea, contra su voluntad? Como tamaño absurdo, ni Ionesco, me resulta del todo indescifrable semejante paradoja.
Son muchos los profesores de teatro que no dan crédito cuando escuchan a sus alumnos leer en voz alta por primera vez. Un alto porcentaje ronda el analfabetismo funcional. Muchos ni siquiera poseen sentido común. Conozco el caso de una alumna que leyó Un tranvía llamado deseo sin percatarse nunca de que a Blanche la violaban. Según ella, en su libro la escena terminaba con "telón", no ponía nada más. No es un chiste.
¿Cómo se les va a pedir que trabajen el subtexto cuándo no poseen las herramientas básicas de comprensión de lectura y análisis de texto?
Por otro lado, cada vez parece una práctica más frecuente que los alumnos lean y memoricen exclusivamente la escena que están trabajando. No leen la obra. ¿Para qué?, pensarán.
Podríamos decir que los docentes poseen cierta responsabilidad, porque es imposible no percatarse del desconocimiento general sobre el que trabajan estos pobres chicos, y que la misma lectura de la obra debería formar parte de la clase, pero claro, cuando el taller dura dos o tres horas una vez a la semana, nadie quiere "perder el tiempo" leyendo en clase. Por no mencionar el hecho de que hay escándalosos fraudes docentes que tampoco se han molestado en leer las obras con las que enseñan y que se limitan a trabajar hasta el aburrimiento las escenas más conocidas, con las que ellos se formaron. Desde su propia limitación deforman a sus alumnos sin que se les caiga la cara de vergüenza. Pero ese es otro tema.
Volvamos a los alumnos. ¿Si no les gusta leer o no tienen facilidad y no ponen nada de su parte para remediar esa laguna formativa, cómo piensan crecer como actores? ¿De qué van a nutrirse? La lectura, y no sólo la de las obras de teatro - que, encima, resultan ser los textos más necesitados de un lector exigente y preparado, - es una parte imprescindible y fundamental de la formación actoral. No está sólo relacionada con la memorización de los textos de un personaje, sino con la construcción de otros mundos posibles, con el conocimiento de épocas pasadas, con el desarrollo de la imaginación y el imaginario personal, así como con la sensibilidad, la capacidad de expresión y de elaboración de una crítica constructiva.
Lo más espeluznante de todo es que los no lectores, a menudo, disfrutan su ignorancia y alardean. Es casi imposible conseguir que un adolescente o un adulto al que no le guste leer, entienda las infinitas ventajas que la lectura conlleva, mucho menos, que la disfrute, pero como estudiantes de teatro deberían verse obligados a leer. De todo. Y esa práctica de la lectura tendría que preocuparles tanto como su entrenamiento físico, sus clases de danza o canto, el clown, la acrobacia y ese largo etc. de disciplinas para las que siempre parecen estar dispuestos.
De lo contrario, y como ya es habitual, una y otra vez tendremos la desgracia de ver en el escenario a actores vacíos que no tienen la menor idea de lo que están diciendo, que no sólo no entienden las palabras, si no que no son conscientes de las claves que encierra su discurso ni de la tradición que hay sobre ellos. Una y otra vez seremos castigados por los abusos de la ignorancia ajena y los excesos de una supuesta pretensión estética mal entendida.
Que la suerte se apiade de nosotros y de nuestros bolsillos.
Son muchos los profesores de teatro que no dan crédito cuando escuchan a sus alumnos leer en voz alta por primera vez. Un alto porcentaje ronda el analfabetismo funcional. Muchos ni siquiera poseen sentido común. Conozco el caso de una alumna que leyó Un tranvía llamado deseo sin percatarse nunca de que a Blanche la violaban. Según ella, en su libro la escena terminaba con "telón", no ponía nada más. No es un chiste.
¿Cómo se les va a pedir que trabajen el subtexto cuándo no poseen las herramientas básicas de comprensión de lectura y análisis de texto?
Por otro lado, cada vez parece una práctica más frecuente que los alumnos lean y memoricen exclusivamente la escena que están trabajando. No leen la obra. ¿Para qué?, pensarán.
Podríamos decir que los docentes poseen cierta responsabilidad, porque es imposible no percatarse del desconocimiento general sobre el que trabajan estos pobres chicos, y que la misma lectura de la obra debería formar parte de la clase, pero claro, cuando el taller dura dos o tres horas una vez a la semana, nadie quiere "perder el tiempo" leyendo en clase. Por no mencionar el hecho de que hay escándalosos fraudes docentes que tampoco se han molestado en leer las obras con las que enseñan y que se limitan a trabajar hasta el aburrimiento las escenas más conocidas, con las que ellos se formaron. Desde su propia limitación deforman a sus alumnos sin que se les caiga la cara de vergüenza. Pero ese es otro tema.
Volvamos a los alumnos. ¿Si no les gusta leer o no tienen facilidad y no ponen nada de su parte para remediar esa laguna formativa, cómo piensan crecer como actores? ¿De qué van a nutrirse? La lectura, y no sólo la de las obras de teatro - que, encima, resultan ser los textos más necesitados de un lector exigente y preparado, - es una parte imprescindible y fundamental de la formación actoral. No está sólo relacionada con la memorización de los textos de un personaje, sino con la construcción de otros mundos posibles, con el conocimiento de épocas pasadas, con el desarrollo de la imaginación y el imaginario personal, así como con la sensibilidad, la capacidad de expresión y de elaboración de una crítica constructiva.
Lo más espeluznante de todo es que los no lectores, a menudo, disfrutan su ignorancia y alardean. Es casi imposible conseguir que un adolescente o un adulto al que no le guste leer, entienda las infinitas ventajas que la lectura conlleva, mucho menos, que la disfrute, pero como estudiantes de teatro deberían verse obligados a leer. De todo. Y esa práctica de la lectura tendría que preocuparles tanto como su entrenamiento físico, sus clases de danza o canto, el clown, la acrobacia y ese largo etc. de disciplinas para las que siempre parecen estar dispuestos.
De lo contrario, y como ya es habitual, una y otra vez tendremos la desgracia de ver en el escenario a actores vacíos que no tienen la menor idea de lo que están diciendo, que no sólo no entienden las palabras, si no que no son conscientes de las claves que encierra su discurso ni de la tradición que hay sobre ellos. Una y otra vez seremos castigados por los abusos de la ignorancia ajena y los excesos de una supuesta pretensión estética mal entendida.
Que la suerte se apiade de nosotros y de nuestros bolsillos.
La historia del cine de madame Zilensky
Un tranvía llamado deseo. (A streetcar called Desire. E. Kanzan, 1951)
Con faldas y a lo loco. (Some like it hot. B. Wilder,1959)
El golpe. (The players,G.Roy Hill, 1973)
El último emperador. (The last emperor, B.Bertolucci, 1987)
Anaïs Nin
"Mi imagen de los demás ha sufrido mil transformaciones desde la idealización al rechazo total, a la reconstrucción y salvación de un ser totalmente nuevo. A medida que yo iba cambiando, cambiaba mi perspectiva. (…) Somos como escultores, tallando constantemente en los demás la imagen que anhelamos, necesitamos o deseamos. A menudo en contra de la realidad y en menoscabo de los demás, y, siempre, al final, una desilusión, porque no corresponde a ellos".
Consejos de Leonard Cohen para llevar la poesía a escena
Cómo hablar poesía.
(…) Jamás actúes las palabras. Nunca intentes despegarte del suelo cuando hables acerca de volar. Jamás cierres los ojos volviendo violentamente la cabeza al hablar de la muerte. No claves en mí tus ojos ardientes cuando hables de amor. (…) Si la ambición y el hambre de aplausos te han llevado a hablar acerca del amor deberías aprender cómo hacerlo sin ponerte en ridículo o destrozar el tema. (…)
No puedes decirle al público todo lo que sabes del amor en cada línea de amor que hables. Hazte a un lado y ellos sabrán lo que sabes porque ellos lo saben ya. No tienes nada que enseñarles. Ya no hay escenario. Ya no hay candilejas. Estarás entre la gente. Entonces se modesto. Di las palabras, transmite los datos, hazte a un lado. Quédate solo. (…) Respeta la intimidad del material. Estas piezas fueron escritas en silencio. El valor de la representación es el de decirlas. La disciplina del juego es no violarlas. Que el público sienta tu amor a la intimidad a pesar de que no exista intimidad. Se buena puta. El poema no es un eslogan. No puede anunciarte. No puede promocionar tu reputación de persona sensible. No eres un semental. No eres una mujer fatal. Eres un estudiante de la disciplina. No actúes las palabras. Las palabras mueren cuando las actúas, se consumen y nos quedamos sin nada más que tu ambición. (…)
No trabajes a la audiencia en busca de exclamaciones y suspiros. Si eres merecedor de exclamaciones y suspiros no será a causa de tu apreciación del suceso, sino a causa de la suya. Estará en las estadísticas y no en el temblor de la voz o en los cortes que hagas en el aire con tus manos. Estará en los datos y la queda organización de tu presencia.
Evitas las florituras. No temas ser débil. No tengas vergüenza de estar cansado. Tienes un aspecto magnífico cuando estás cansado.
Leonard Cohen. Memorias de un mujeriego, Visor, 1982.
(…) Jamás actúes las palabras. Nunca intentes despegarte del suelo cuando hables acerca de volar. Jamás cierres los ojos volviendo violentamente la cabeza al hablar de la muerte. No claves en mí tus ojos ardientes cuando hables de amor. (…) Si la ambición y el hambre de aplausos te han llevado a hablar acerca del amor deberías aprender cómo hacerlo sin ponerte en ridículo o destrozar el tema. (…)
No puedes decirle al público todo lo que sabes del amor en cada línea de amor que hables. Hazte a un lado y ellos sabrán lo que sabes porque ellos lo saben ya. No tienes nada que enseñarles. Ya no hay escenario. Ya no hay candilejas. Estarás entre la gente. Entonces se modesto. Di las palabras, transmite los datos, hazte a un lado. Quédate solo. (…) Respeta la intimidad del material. Estas piezas fueron escritas en silencio. El valor de la representación es el de decirlas. La disciplina del juego es no violarlas. Que el público sienta tu amor a la intimidad a pesar de que no exista intimidad. Se buena puta. El poema no es un eslogan. No puede anunciarte. No puede promocionar tu reputación de persona sensible. No eres un semental. No eres una mujer fatal. Eres un estudiante de la disciplina. No actúes las palabras. Las palabras mueren cuando las actúas, se consumen y nos quedamos sin nada más que tu ambición. (…)
No trabajes a la audiencia en busca de exclamaciones y suspiros. Si eres merecedor de exclamaciones y suspiros no será a causa de tu apreciación del suceso, sino a causa de la suya. Estará en las estadísticas y no en el temblor de la voz o en los cortes que hagas en el aire con tus manos. Estará en los datos y la queda organización de tu presencia.
Evitas las florituras. No temas ser débil. No tengas vergüenza de estar cansado. Tienes un aspecto magnífico cuando estás cansado.
Leonard Cohen. Memorias de un mujeriego, Visor, 1982.
La jornada del músico. Erik Satie.
El artista debe regular su vida.
Aquí tienen el horario detallado de mis actividades diarias:
Me levanto a las 7.18; inspirado de 10.23 a 11.45. almuerzo a las 12.11hs. y me levanto de la mesa a las 12.14hs.
Saludable paseo a caballo, en el fondo del parque: de 13.19 1 14.53hs.
Otra inspiración: de 15.12 a 16.07hs.
Ocupaciones diversas: (esgrima, reflexiones, inmovilidad, visitas, contemplación, destreza, natación, etc.) de 16.21 a 18.47hs.
La cena se sirve a las 19.16 y se termina a las 19.20. a continuación, lecturas sinfónicas en voz alta: de 20.09 a 21.59hs.
Me acuesto normalmente a las 23. 37hs. Una vez por semana, despertar sobresaltado a las 3.19hs.(los martes).
Sólo como alimentos blancos: huevos, azúcar, huesos rallados, grasa de animales muertos, ternera, sal, coco, pollo cocido en agua blanca, mohos de fruta, arroz, nabos: morcilla alcanforada, pastas, queso (blanco), ensalada de algodón y algunos pescados (sin piel).
Me hiervo el vino, que bebo frío con zumo de fucsia. Tengo apetito: pero no hablo nunca comiendo, por miedo a atragantarme.
Respiro con cuidado (poco cada vez). bailo muy raras veces. Cuando ando, voy por los lados y miro fijamente atrás.
Muy serio de aspecto, se me río es sin querer. Y siempre me disculpo por ello con educación.
Sólo duermo con un ojo: tengo un sueño muy duro. Mi cama es redonda y perforada por un agujero para que pase la cabeza. Cada hora, un criado me toma la temperatura y me pone otra.
Desde hace tiempo estoy abonado a una revista de moda. Llevo un gorro blanco, medias blancas y un chaleco blanco.
El médico me ha dicho siempre que fume. A sus consejos añade: Fume, amigo, si no, fumará otro en su lugar.
Erik Satie. Memorias de un amnésico.
Revista La danza del ratón nº 16, junio 1999. pp. 13 – 18.
Aquí tienen el horario detallado de mis actividades diarias:
Me levanto a las 7.18; inspirado de 10.23 a 11.45. almuerzo a las 12.11hs. y me levanto de la mesa a las 12.14hs.
Saludable paseo a caballo, en el fondo del parque: de 13.19 1 14.53hs.
Otra inspiración: de 15.12 a 16.07hs.
Ocupaciones diversas: (esgrima, reflexiones, inmovilidad, visitas, contemplación, destreza, natación, etc.) de 16.21 a 18.47hs.
La cena se sirve a las 19.16 y se termina a las 19.20. a continuación, lecturas sinfónicas en voz alta: de 20.09 a 21.59hs.
Me acuesto normalmente a las 23. 37hs. Una vez por semana, despertar sobresaltado a las 3.19hs.(los martes).
Sólo como alimentos blancos: huevos, azúcar, huesos rallados, grasa de animales muertos, ternera, sal, coco, pollo cocido en agua blanca, mohos de fruta, arroz, nabos: morcilla alcanforada, pastas, queso (blanco), ensalada de algodón y algunos pescados (sin piel).
Me hiervo el vino, que bebo frío con zumo de fucsia. Tengo apetito: pero no hablo nunca comiendo, por miedo a atragantarme.
Respiro con cuidado (poco cada vez). bailo muy raras veces. Cuando ando, voy por los lados y miro fijamente atrás.
Muy serio de aspecto, se me río es sin querer. Y siempre me disculpo por ello con educación.
Sólo duermo con un ojo: tengo un sueño muy duro. Mi cama es redonda y perforada por un agujero para que pase la cabeza. Cada hora, un criado me toma la temperatura y me pone otra.
Desde hace tiempo estoy abonado a una revista de moda. Llevo un gorro blanco, medias blancas y un chaleco blanco.
El médico me ha dicho siempre que fume. A sus consejos añade: Fume, amigo, si no, fumará otro en su lugar.
Erik Satie. Memorias de un amnésico.
Revista La danza del ratón nº 16, junio 1999. pp. 13 – 18.
Obras en youtube
Supongo que a más de uno le ha pasado: ves un título que te llama la atención y te vas a youtube a ver si hay algún fragmento de la obra de teatro en cuestión.
Y suele ser que sí...
Y sos feliz un breve instante porque te ahorraste la decepción, la bronca y el coste de la entrada.
No es oro todo lo que reluce.
Y suele ser que sí...
Y sos feliz un breve instante porque te ahorraste la decepción, la bronca y el coste de la entrada.
No es oro todo lo que reluce.
La paradoja del artista moderno
"El joven que desea convertirse en un artista moderno se encuentra abocado a la siguiente disyuntiva: está obligado a tener éxito si quiere hacer de artista moderno; pero debe rehuirlo con todas sus fuerzas si quiere ser artista moderno. Dilema grave entre hacer y ser que obliga a decidir a quién se obecede, si a la representación del poder (Estado) que otorga el éxito, o a las fuerzas oscuras que lo controlan (masas), únicas capacitadas para conceder la oportuna indiferencia".
(...) "Un artista es aquel que pone en términos sensibles y accesibles una pregunta, no una respuesta".
Félix de Azúa, El aprendizaje de la decepción, Anagrama, Barcelona, 1996.
FOTO: Calavera de platino y diamantes de Damien Hirst, titulada "Por el amor de Dios". Valorada en 18millones de euros.
Tímidas existencias
Ilusiones
¿Anthony Hopkins dice en alguna escena de Tierras de penumbra: "Leemos para saber que no estamos solos" o "Leemos para creer que no estamos solos"?
**
Tímida presentación
La pequeña acaba de cumplir un año y es su primer día de guardería. El mayor, que tiene tres y ha pasado allí ya todo un curso, entra con ella de la mano y advierte a su compañero de mesa: "Es mi hermana, no le pegues".
**
Ciudad
Lunes, cuatro de abril: Un niño de tres años, bien vestido y sin señales externas de violencia, deambulaba por la madrileña calle del Mar Caspio a las tres y media de la madrugada de ayer.
Sinopsis de una metáfora.
**
Pilar Rubio Montaner, Tímidas existencias, Prensas universitarias de Zaragoza, 2001.
¿Anthony Hopkins dice en alguna escena de Tierras de penumbra: "Leemos para saber que no estamos solos" o "Leemos para creer que no estamos solos"?
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Tímida presentación
La pequeña acaba de cumplir un año y es su primer día de guardería. El mayor, que tiene tres y ha pasado allí ya todo un curso, entra con ella de la mano y advierte a su compañero de mesa: "Es mi hermana, no le pegues".
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Ciudad
Lunes, cuatro de abril: Un niño de tres años, bien vestido y sin señales externas de violencia, deambulaba por la madrileña calle del Mar Caspio a las tres y media de la madrugada de ayer.
Sinopsis de una metáfora.
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Pilar Rubio Montaner, Tímidas existencias, Prensas universitarias de Zaragoza, 2001.
El humor, pequeña enciclopedia ilustrada (II)
Hace unos días recomendábamos la proyección de este documental sobre ilustradores argentinos de M. Llinás e I. Masllorens, que pudo verse el viernes pasado dentro de las actividades del festival del quinto aniversario de la revista Llegás. Nosotros fuimos y recibimos una muy grata sorpresa.
Ya desde los créditos quedan asentadas algunas de sus claves: la sencillez, el humor y la importancia de la música de Gabriel Chwojnik que ilumina las explicaciones visuales de cada tesis. El proyecto se divide en once episodios breves, cada uno dedicado a un ilustrador y todos ellos articulados con un formato narrativo distinto.
Los que se aventuraron a ver Historias extraordinarias reconocerán acá más de un tono, guiño y rasgo de los que parecen definir el trabajo de sus creadores: la voz en off como elemento narrador cómplice, la elaboración de hipótesis argumentales que parten de una base mínima y un meticuloso uso del lenguaje, así como un excelente uso del encuadre que, en este caso, introduce milimétricamente al espectador en esos microcosmos de las ilustraciones.
Una experiencia interesante que no está destinada exclusivamente a los fánaticos de la ilustración y sus alrededores. Por desgracia, se trata de uno de tantas películas que no encontraron distribución, así que hay que conviene estar atentos, porque nunca se sabe en qué evento alternativo y pasajero volverá a hacer acto de presencia.
Acá os dejamos nada menos que uno de los capítulos. Disfruten.
Ya desde los créditos quedan asentadas algunas de sus claves: la sencillez, el humor y la importancia de la música de Gabriel Chwojnik que ilumina las explicaciones visuales de cada tesis. El proyecto se divide en once episodios breves, cada uno dedicado a un ilustrador y todos ellos articulados con un formato narrativo distinto.
Los que se aventuraron a ver Historias extraordinarias reconocerán acá más de un tono, guiño y rasgo de los que parecen definir el trabajo de sus creadores: la voz en off como elemento narrador cómplice, la elaboración de hipótesis argumentales que parten de una base mínima y un meticuloso uso del lenguaje, así como un excelente uso del encuadre que, en este caso, introduce milimétricamente al espectador en esos microcosmos de las ilustraciones.
Una experiencia interesante que no está destinada exclusivamente a los fánaticos de la ilustración y sus alrededores. Por desgracia, se trata de uno de tantas películas que no encontraron distribución, así que hay que conviene estar atentos, porque nunca se sabe en qué evento alternativo y pasajero volverá a hacer acto de presencia.
Acá os dejamos nada menos que uno de los capítulos. Disfruten.
No me da la gana
figurar,
andar detrás de vos,
tener que convencerte,
entretener,
decir que muy bonito,
hacerme la simpática,
guardaros el secreto,
tener tanta paciencia,
falsificar sentidos,
saludar
...
andar detrás de vos,
tener que convencerte,
entretener,
decir que muy bonito,
hacerme la simpática,
guardaros el secreto,
tener tanta paciencia,
falsificar sentidos,
saludar
...
Otros monstruos admirables
Los hermanos Oligor son de esos raros genios ensimismados en su mundo. Un mundo al que, por suerte, nos siguen invitando.
Su espectáculo Las tribulaciones de Virginia se nutre de un imaginario tan particular como único.
Hacen funciones muy de vez en cuando. Conviene visitar su página para enterarse de sus próximas apariciones.
La responsabilidad del docente teatral
En esta loca ciudad donde la oferta y demanda de talleres teatrales de todo tipo se multiplica cada día, la posibilidad y el riesgo de encontrarse con un pretendido profesor de teatro que, en el mejor de los casos nos haga perder sólo tiempo y dinero y, en el peor, nos deforme o nos pervierta nuestra sensibilidad y nuestra capacidad de trabajo, son cada vez más abundantes.
Me voy a permitir dar una serie de consejos elementales para todos aquellos entusiastas cursillitas que, como el que busca una aguja en un pajar, están buscando un taller de teatro.
* En primer lugar, conviene tener claro cuál es el tipo de taller que uno precisa. No se trata sólo de tener o no experiencia previa, si no de saber cuáles son nuestras inquietudes personales para relacionarnos con el teatro. No seamos ingenuos. No es lo mismo un taller de principiantes para adolescentes que uno para todas las edades. Y no es lo mismo formar parte de un grupo de iniciados que aspira a relacionarse con el teatro profesionalmente que uno en el que la gente va a pasar un buen rato.
* Pasar un rato divertido está muy bien pero no implica necesariamente que esas clases que nos estén formando como actores.
* Los que ya tienen alguna experiencia deben preguntarse honestamente cuáles son sus lagunas: si hay problemas de lectura, de trabajo de texto, de cultura general, o si me interesa ejercitar algún aspecto específico como el clown, la improvisación, el entrenamiento corporal, la danza, el canto... Todas esas herramientas nos proporcionarán una rica versatilidad.
* Atención: el participar de un taller específico - clown, voz, canto etc. - no implica que uno se limite a eso. Todo lo contrario. Hay que conocer el mayor número de disciplinas posibles para afinar lo que cada una de ellas te proporciona a vos como actor / actriz.
* ¿Sirve de algo conocer el curriculum del profesor? No. Pueden tener una importante carrera actoral y ser muy malos docentes. La pedagogía teatral no es algo intrínseco a la actuación. Hay que saber transmitir los conocimientos. Las clases de teatro no pueden limitarse a la realización de dinámicas. Por otro lado, algunos profesores consiguen mantenerse durante años dando talleres gracias a la ingenuidad y a las pocas exigencias de sus alumnos.
* Motivos para desconfiar de un profesor:
- ¿Habla demasiado? ¿Sobre todo de sí mismo y de sus batallitas en el escenario? ¿Emite unas devoluciones eternas asentadas en confusos criterios que nunca aclara del todo?
- ¿Nunca señala con exactitud los problemas en el trabajo individual?
- ¿No responde a tus preguntas teóricas satisfactoriamente?
- ¿Introduce alguna reflexión sobre otras disciplinas artísticas?
- ¿Plantea ejercicios destinados a "buscar rarezas", "explorar los límites", "generar violencia"? Cuidado, ese tipo de dinámicas son particularmente delicadas si el grupo es de principiantes.
- ¿Grita en exceso? ¿Utiliza el insulto para (des)motivar?
- Por último, y entendiendo que siempre hay admirables excepciones: ¿cuántos años tiene? La juventud, divino tesoro, no siempre resulta la mejor opción.
Cualquiera que se anime a formar parte de un taller teatral debe saber que ahí dentro tendrá una serie de obligaciones para con el grupo de trabajo. Esa conciencia de grupo es, sin duda, algo básico que debe adquirirse desde los primeros años de formación. Poco a poco irá descubriendo que el teatro es una disciplina que abarca muchas facetas de la vida y que exige un alto nivel de compromiso y entrega. Quizá, algún día, entienda eso de que "es un modo de vida".
Estas nociones tan básicas como primordiales están cayendo en el olvido porque muchos supuestos profesores priman su necesidad de económica de mantener un número determinado de alumnos sobre la importancia vital de enseñarles a crear un grupo de trabajo que respeten y del que se sientan no sólo miembros, sino motores, ejes en sí mismos.
Impartir clases de cualquier materia siempre conlleva una gran responsabilidad. El ámbito artístico cuando trabaja directamente con la persona - su cuerpo, sus emociones, su sensibilidad - implica un compromiso aún mayor pues está en manos de los docentes, de los verdaderos maestros, el futuro como profesional de ese alumno. Si no se trabaja con honestidad, dedicación y prestando la suficiente atención individualizada, es muy posible que lo único que se transmita sean temores, vicios, prejuicios, confusión y una idea muy equivocada del ser actor.
Me voy a permitir dar una serie de consejos elementales para todos aquellos entusiastas cursillitas que, como el que busca una aguja en un pajar, están buscando un taller de teatro.
* En primer lugar, conviene tener claro cuál es el tipo de taller que uno precisa. No se trata sólo de tener o no experiencia previa, si no de saber cuáles son nuestras inquietudes personales para relacionarnos con el teatro. No seamos ingenuos. No es lo mismo un taller de principiantes para adolescentes que uno para todas las edades. Y no es lo mismo formar parte de un grupo de iniciados que aspira a relacionarse con el teatro profesionalmente que uno en el que la gente va a pasar un buen rato.
* Pasar un rato divertido está muy bien pero no implica necesariamente que esas clases que nos estén formando como actores.
* Los que ya tienen alguna experiencia deben preguntarse honestamente cuáles son sus lagunas: si hay problemas de lectura, de trabajo de texto, de cultura general, o si me interesa ejercitar algún aspecto específico como el clown, la improvisación, el entrenamiento corporal, la danza, el canto... Todas esas herramientas nos proporcionarán una rica versatilidad.
* Atención: el participar de un taller específico - clown, voz, canto etc. - no implica que uno se limite a eso. Todo lo contrario. Hay que conocer el mayor número de disciplinas posibles para afinar lo que cada una de ellas te proporciona a vos como actor / actriz.
* ¿Sirve de algo conocer el curriculum del profesor? No. Pueden tener una importante carrera actoral y ser muy malos docentes. La pedagogía teatral no es algo intrínseco a la actuación. Hay que saber transmitir los conocimientos. Las clases de teatro no pueden limitarse a la realización de dinámicas. Por otro lado, algunos profesores consiguen mantenerse durante años dando talleres gracias a la ingenuidad y a las pocas exigencias de sus alumnos.
* Motivos para desconfiar de un profesor:
- ¿Habla demasiado? ¿Sobre todo de sí mismo y de sus batallitas en el escenario? ¿Emite unas devoluciones eternas asentadas en confusos criterios que nunca aclara del todo?
- ¿Nunca señala con exactitud los problemas en el trabajo individual?
- ¿No responde a tus preguntas teóricas satisfactoriamente?
- ¿Introduce alguna reflexión sobre otras disciplinas artísticas?
- ¿Plantea ejercicios destinados a "buscar rarezas", "explorar los límites", "generar violencia"? Cuidado, ese tipo de dinámicas son particularmente delicadas si el grupo es de principiantes.
- ¿Grita en exceso? ¿Utiliza el insulto para (des)motivar?
- Por último, y entendiendo que siempre hay admirables excepciones: ¿cuántos años tiene? La juventud, divino tesoro, no siempre resulta la mejor opción.
Cualquiera que se anime a formar parte de un taller teatral debe saber que ahí dentro tendrá una serie de obligaciones para con el grupo de trabajo. Esa conciencia de grupo es, sin duda, algo básico que debe adquirirse desde los primeros años de formación. Poco a poco irá descubriendo que el teatro es una disciplina que abarca muchas facetas de la vida y que exige un alto nivel de compromiso y entrega. Quizá, algún día, entienda eso de que "es un modo de vida".
Estas nociones tan básicas como primordiales están cayendo en el olvido porque muchos supuestos profesores priman su necesidad de económica de mantener un número determinado de alumnos sobre la importancia vital de enseñarles a crear un grupo de trabajo que respeten y del que se sientan no sólo miembros, sino motores, ejes en sí mismos.
Impartir clases de cualquier materia siempre conlleva una gran responsabilidad. El ámbito artístico cuando trabaja directamente con la persona - su cuerpo, sus emociones, su sensibilidad - implica un compromiso aún mayor pues está en manos de los docentes, de los verdaderos maestros, el futuro como profesional de ese alumno. Si no se trabaja con honestidad, dedicación y prestando la suficiente atención individualizada, es muy posible que lo único que se transmita sean temores, vicios, prejuicios, confusión y una idea muy equivocada del ser actor.
Cena y escena en Tipo Casa
Una sugerencia personal para los domingos a la noche.
Dos historias mínimas y una rica cena en un ambiente muy agradable.
Sólo con reserva confirmada. te. 4866 2854.
El humor, pequeña enciclopedia ilustrada
Documental inédito de Mariano Llinás e Ignacio Masllorens filmado en el 2006 sobre algunos grandes genios del humor ilustrado: Quino, Max Cachimba, Tute, Daniel Paz, Liniers, Maitena, Cascioli, Grondona White, Dobal.
La cita es el viernes 14 de agosto a las 18.15 en el auditorio de la Alianza Francesa, dentro del Festival Llegás organizado por la revista del mismo nombre que celebra, nada menos, que cinco años de continuidad. No es poco.
Buscad por ahí el último ejemplar gratuito de la revista y podréis chusmear qué mas se cuece esa semana en la Alianza.
La cita es el viernes 14 de agosto a las 18.15 en el auditorio de la Alianza Francesa, dentro del Festival Llegás organizado por la revista del mismo nombre que celebra, nada menos, que cinco años de continuidad. No es poco.
Buscad por ahí el último ejemplar gratuito de la revista y podréis chusmear qué mas se cuece esa semana en la Alianza.
Porque todo sucedió en el baño
Texto y dirección: Lautaro Perotti.
Actúan: Francisca Ure, Alejandra Carpinetti, Juan Cosín, Andrés Civaglia.
Si lo que te gustan son las historias que comienzan y terminan, no la veas.
Si eres uno de esos espectadores que se sienta al abrigo de la oscuridad y espera pasarla bien porque se lo dan todo hecho, no la veas.
Si no sabés o no tenés ganas de leer entrelíneas, de inventarte un subtexto ahí, en vivo, con ellos, no la veas.
Si lo que esperas es un texto lleno de certezas y frases lapidarias, no la veas.
Si pensás que los personajes deben ser transparentes en su claridad... No la veas.
Si, muy por el contrario, sos un espectador interesado en los procesos creativos, si entendés que la esencia de cada función no se repite, si piensas que en la vida no todo se entiende a la primera, si manejás con soltura las elipsis y estás familiarizado con la estética cinematográfica, si considerás que la honestidad de una propuesta escénica es un valor añadido no desdeñable en estos días, si te interesa apreder algo sobre la dirección de actores, si no eres de los que necesita reírse sí o sí para identificar un detalle cómico, si sos amante de las sutilezas, si la síntesis te parece un acierto y si querés ver como se construye un microespacio con casi nada... Puede ser que esta propuesta sea para vos.
Actúan: Francisca Ure, Alejandra Carpinetti, Juan Cosín, Andrés Civaglia.
Si lo que te gustan son las historias que comienzan y terminan, no la veas.
Si eres uno de esos espectadores que se sienta al abrigo de la oscuridad y espera pasarla bien porque se lo dan todo hecho, no la veas.
Si no sabés o no tenés ganas de leer entrelíneas, de inventarte un subtexto ahí, en vivo, con ellos, no la veas.
Si lo que esperas es un texto lleno de certezas y frases lapidarias, no la veas.
Si pensás que los personajes deben ser transparentes en su claridad... No la veas.
Si, muy por el contrario, sos un espectador interesado en los procesos creativos, si entendés que la esencia de cada función no se repite, si piensas que en la vida no todo se entiende a la primera, si manejás con soltura las elipsis y estás familiarizado con la estética cinematográfica, si considerás que la honestidad de una propuesta escénica es un valor añadido no desdeñable en estos días, si te interesa apreder algo sobre la dirección de actores, si no eres de los que necesita reírse sí o sí para identificar un detalle cómico, si sos amante de las sutilezas, si la síntesis te parece un acierto y si querés ver como se construye un microespacio con casi nada... Puede ser que esta propuesta sea para vos.
Lo que es digno de escuchar
Entren al blog de Román Podolsky y conozcan algo de su experiencia creativa en Harina y Guardavidas.
http://www.romanpodolsky.blogspot.com/
http://www.romanpodolsky.blogspot.com/
Busquen en las entradas de 2008.
¡Sean curiosos!
¡Sean curiosos!
Sinsentidos
Comer mal y deprisa porque se llega tarde.
Pensar que, a lo mejor, no es para tanto.
Prometer otra vez que ésta la última.
Morirse de vergüenza.
Ajena y de la propia.
Acostarse a las mil todos los días
y no poder dormir.
Saber que no es por plata.
Soñar con que algún día.
Tener que hacer la prensa.
Buscar un traductor.
Pagarte los derechos.
Llegar a fin de mes.
Sentirse un hijoputa.
Saber que siempre falta.
Jurar no repetir.
Volver como si nada.
Dejar de hablar contigo.
Cantar bajo la ducha.
Tomar nota de todo.
Hacer volar un puente.
Estar en facebook.
Hacer como si nada.
Decir que es muy bonito.
Pensar que te detestan
los muchos que te ignoran.
Perder todas las ganas.
Querer ser el primero.
Morirse de la risa.
Escribir para qué.
Para quién.
Escribir porque sí.
Tomar clases de todo.
Marcharse al extranjero.
Abandonar las fiestas.
Comer con la familia.
Quemar todos los barcos.
Llevar ropa a lavar.
Quedarse quieto.
Mojarse porque llueve.
Estar feliz un rato.
Rezar muerto de miedo.
Por eso, por las dudas.
Pensar que, a lo mejor, no es para tanto.
Prometer otra vez que ésta la última.
Morirse de vergüenza.
Ajena y de la propia.
Acostarse a las mil todos los días
y no poder dormir.
Saber que no es por plata.
Soñar con que algún día.
Tener que hacer la prensa.
Buscar un traductor.
Pagarte los derechos.
Llegar a fin de mes.
Sentirse un hijoputa.
Saber que siempre falta.
Jurar no repetir.
Volver como si nada.
Dejar de hablar contigo.
Cantar bajo la ducha.
Tomar nota de todo.
Hacer volar un puente.
Estar en facebook.
Hacer como si nada.
Decir que es muy bonito.
Pensar que te detestan
los muchos que te ignoran.
Perder todas las ganas.
Querer ser el primero.
Morirse de la risa.
Escribir para qué.
Para quién.
Escribir porque sí.
Tomar clases de todo.
Marcharse al extranjero.
Abandonar las fiestas.
Comer con la familia.
Quemar todos los barcos.
Llevar ropa a lavar.
Quedarse quieto.
Mojarse porque llueve.
Estar feliz un rato.
Rezar muerto de miedo.
Por eso, por las dudas.