Imagen: Ivana Medeghini
"Ya sólo teníamos que esperar, con los sentidos abiertos como brazos abiertos, a que llegara el futuro con toda la belleza de la poesía. Y esperamos, esperamos. Esperamos."
Podíamos pensar que el día de mañana sería una gran fiesta. De despedida.
Única.
La mejor de las formas y los fondos,
el mejor escenario para decir adiós con una sonrisa
a la medida de las circunstancias.
Una sonrisa dispuesta a crecer dentro de un recuerdo
que tocaría puerta en la próxima tormenta
sólo por joder.
Pero también podíamos asomarnos al abismo de los días por venir
sin exigir la autopsia.
Andábamos con las plumas tiernas, empapadas en tinta,
salpicando los mapas para que fueran otros y el destino distrajera su llegada.
No era cuestión de fe. La fe jugaba en partidos perdidos de antemano.
No era cuestión de suerte. En la carpa del circo el azar no prospera.
Nuestro origen causal descansa entre las vértebras,
allá atrás,
en la nuca de los sueños, en el retrovisor de la nocturnidad sin alevosía
donde el lenguaje es río que nos lleva.
Podíamos anunciar el final de los tiempos cuando la orquesta
amansara a las fieras
y el mundo se llenara de libélulas.
El bisturí de la duda cortaría por lo sano la infame tontería
y más de un hijo de vecino iba a llorar cuando el rayo azul nos partiera en dos
y triunfara una vez más la naturaleza cuántica.
Queríamos y no que la noche fuera eterna como maldición gitana.
Nadie estaba nervioso pero las hormigas se afanaban como nunca
y el aire disputaba los sombreros con su risa sin dientes
mientras nos contemplábamos de lejos como niños de parque moscovita.
El oficio de la magia era otra cosa, dicen.
Como el amor, recuerdan quienes pueden.
Íbamos a tomar nuestros apuntes sobre la expectativa sin sacar conclusiones.
Nuestro jefe de pista más amado y antiguo
nos llena los bolsillos de imprudencia.
No hay vacío posible para el salto.
El salto es el viaje, afirma mientras marca los primeros compases
para la ceremonia
del Olvido Mayúsculo y su gran compañía de atardeceres patrios.
m.trigo