Escritora
Autora de Vos no sos el mejor amigo de tu perra. Ed. Outsider.
¿Cómo te definís
profesionalmente?
No podría definirme
porque no tengo una profesión. No hice carrera, tampoco sé un oficio. Escribo y
dibujo regularmente, pero lo hago de manera autodidacta. En breve voy a hacer
un taller de encuadernación, para poder autoeditarme, con mi capacidad y mis
recursos como único límite.
¿Sabés por qué te
dedicás a esto?
Pienso que porque me
gusta escuchar historias y contarlas. Por el gusto de lo que se dice y de lo
que nos sucede. De lo que se entiende de lo que nos sucede, de cómo se dice, de
cuando, de hasta dónde.
¿Qué disciplinas
resultaron fundamentales en tu formación?
Todas las que conocí:
cine, música, literatura, historieta, dibujos animados, teatro.
¿Qué es lo más útil
que te ha enseñado tu trabajo?
Que todo tiene un
tiempo, que no me precipite, que me olvide de la ansiedad.
¿Y lo más hermoso?
Sin importar que
no sea tan bueno lo que hago, merece el esfuerzo de hacerse, si así lo deseo.
¿Cuáles considerás que
son tus principales fuentes e influencias creativas?
El punk, el post punk
y Tex Avery.
¿Qué es lo que más te
duele a la hora de ejercer tu vocación?
No poder concretar la
idea tal y como la sueño.
¿Crees haber
sacrificado algo importante para dedicarte a esto?
No.
¿En cuántos proyectos
laburaste el año pasado?
En dos, en los que aún
trabajo.
¿Todos llegaron a
mostrarse o estrenarse?
No, siguen en proceso.
¿Cuántos te esperan
ahora?
Esos dos, más los diez
que quiero hacer y ojalá sucedan.
¿Cuál es el proyecto
al que dedicaste más tiempo hasta la fecha?
Mi libro de cuentos,
que me llevó varios años y que escribí un poco sin saber que sería un libro.
¿Cómo lo recordás?
¿Qué hubo de bueno y de malo?
Fue un trabajo
accidentado y a ciegas. Hasta que un editor le puso un poco de orden. Lo mejor
que tuve fue la devolución del editor, sin la cual los textos no hubiesen
podido nunca tomar la forma de un libro.
¿Vivís de lo que amás
o tenés otra actividad que ayuda a pagar las cuentas?
Soy ama de casa.
¿Con qué otras artes
te relacionas habitualmente?
Con todas las que
puedo.
¿Qué es lo más absurdo
que has hecho por amor al arte?
Desde mi punto de
vista, no hay absurdo posible en lo que uno hace por amor al arte. Pero podría
ser la vez que participé en una película gore de bajo presupuesto. Hago de la
novia de un pitufo y soy desmembrada con una motosierra. Entiendo que esto
puede ser absurdo para mucha gente. Para mí es algo más que quise hacer y me
saqué las ganas, ad honorem.
¿Hay algo que no
volverías a hacer?
Sí. Editar o mostrar
un trabajo sin estar plenamente satisfecha con el resultado.
¿Qué estás leyendo?
Battle Royale, de
Koushun Takami.
¿Qué autores
recomendás siempre?
Antonio Di Benedetto.
Haroldo Conti. Phillip Dick. Selva Almada. Irvine Welsh. Kazuo Ishiguro. Mario
Levrero. Tao Lin. Adolfo Jasca. Akira Yoshimura. Kenzaburo Oe. Lovecraft. Clive
Barker. Martín Rejtman. Facundo Soto. Fernando Callero. Daiana Henderson. Ariel
Farace. Nacho Bartolone. Y desde hace muy poco, a Laura Ponce y a Yamila Begne.
¿Qué películas volvés
a ver una y otra vez?
Akira. Repo Man (la de
Alex Cox). No country for old men. The Devil and Daniel Johnston. Ichi The Killer. Pulp
Ficton. Castigo al traidor. Nightmare on Elm Street. Torist Trap. Soñar, soñar.
¿Qué artistas – de
cualquier ámbito - te resultan imprescindibles?
Todos los artistas que
hacen fanzines de historieta, los conozca o no, me gusten o no. Por la
capacidad y las ganas de expresarse, sin vergüenza y sin mediadores. Y todos
los músicos de la escena post punk de todo el mundo.
¿Qué buscás en la
gente con la que elegís laburar?
Versatilidad,
paciencia, buena onda, que tomen mate, ganas de hacer por hacer.
¿Con quién hablás
sobre tu trabajo? ¿Pedís consejo o asesoramiento a alguien de confianza?
No me gusta hablar de
lo que hago, pero sí pedir consejos cuando siento que tengo una primera versión
de algún trabajo. Necesito recibir devoluciones, de todo tipo, no solo
profesionales.
¿Pedís subsidios para
tus proyectos?
Nunca pensé que nadie
pudiese dármelos.
¿Por qué?
Nunca pienso que lo
que hago pueda interesar comercialmente a ninguna institución ni particular.
¿Por qué vivís en
Buenos Aires?
Porque no tengo dinero
ni para viajar ni para mudarme, de lo contrario me mudaría cada mes a una
ciudad diferente.
¿Hay algún viaje que
marcara un antes y un después en tu trabajo?
Una vez, de madrugada,
me quedé dormida en el colectivo y llegué hasta cerca de Escobar. No tenía
plata para tomar otro colectivo que me dejase en mi casa y volví caminando
varios kilómetros. Mientras amanecía y caminaba al borde de la autopista tuve
miedo de sufrir un accidente o de que alguien fuese a atacarme o me parase la
policía. Escribí muchos cuentos con esa sensación de no saber qué va a pasar,
de desamparo pero también de libertad, de estar sola, por mi cuenta. No es tan
ambicioso como un viaje al desierto mongol, pero es para lo que me alcanzó.
¿Cuándo te das cuenta
de que tenés un nuevo proyecto entre manos?
Cuando avancé lo
suficiente como para no abandonarlo.
¿Sentís que tenés un
sistema personal de trabajo?
No.
¿Qué hay en tu lista
de cosas pendientes?
Aprender coreano. Leer
más poesía. Ir más seguido al teatro. Conocer otros planetas u otras
dimensiones. Conocer a mi doble.
¿Tenés un panorama
claro de lo que vendría siendo tu trayectoria?
No. Tampoco pienso que
tenga una trayectoria.
¿Qué es lo que más te
preocupa en tu futuro?
Trato de no pensar
nunca más allá de esta semana.
¿Qué hacés cuando no
estás trabajando?
Charlo o chateo con
mis amigas.
¿Si no te dedicaras a esto
qué estarías haciendo?
Andaría por ahí,
cartoneando.