Ayer en la II Semana de Imagen y Sonido organizada por CEGEADIS en el COSMOS,vi por fin esta breve película de Ignacio Masllorens. En más de una ocasión hemos comentado sus trabajos porque sus propuestas nunca defraudan, de hecho, tienden a darle una inesperada vuelta de tuerca a toda expectativa y superarla con creces. Habitat es un documental de observación, así lo definían ayer los entendidos. Nosotros no nos atrevemos a etiquetarlo pero, sobre todo, lo consideramos un poema visual. Y muchas otras cosas: una profunda reflexión sobre la humanidad y su entorno, un caleidoscopio sobre el entorno inmediato y una extraña suerte de composición zen sobre nuestro lugar en el mundo y la fragilidad de la existencia. También es un cadáver exquisito muy elegante y una master class sobre el arte del encuadre. Es un texto sin palabras. Un texto lleno de interrogantes que en un momento dado comienzan a inquietarnos porque ninguno se resuelve. Y una oda a Buenos Aires.
Habitat muestra una Buenos Aires desconocida. Una Buenos Aires silenciosa y vacía. Vacía como nunca pudimos imaginarla. Sin un alma. Parece imposible pero ahí está. Cientos de planos desfilan ante nuestros ojos llevándonos a lugares fácilmente reconocibles pero extrañamente sobredimensionados, y también mostrándonos esquinas azarosas e interiores desconocidos. Lugares donde todos pudimos estar alguna vez. Están ahí aunque no haya nadie y son gracias a quien los mira, los recorta, los enmarca y nos los regala. Habitat es un modo de mirar, el de su director. Una mirada meticulosa, precisa y rítmica. Paciente. Curiosa.
Habitat es un discurso sobre la ciudad y nuestros grotescos modos de ocuparla. Un excelente disparador para cuestionarse el concepto "ciudad" como la suma de muchísimos valores y espacios simbólicos. Una excusa perfecta para volver a enamorarse de esta infinita e imposible Buenos Aires.
Si la ven programada por ahí, no dejen de experimentarla.