El mundo es ficción, una gran aventura mal
contada que repetimos desde. Quien escribe forma parte de la larga tradición
que encuentra en Buenos Aires una suerte de falla misteriosa donde la ficción
rebalsa y campa. Con mayor o menor consciencia de ello, formamos parte de un
engranaje polifónico donde la realidad es insólita y despiadada pero también
terriblemente inspiradora. No sabiendo cómo enfrentar a ese monstruo de
infinitas colas y cabezas, una y otra vez tomamos distancia para observarla y,
una y otra vez, quedamos fascinados y volvemos para compartir nuestro
encandilamiento, esa fugaz certeza que sentimos importante, necesaria y
nuestra. Se vuelve a casa después de una jornada apocalíptica en los medios de
transporte y escenificamos con todo lujo de detalles el delirio del tráfico, lo
imposible de la convivencia, la locura que diezma a la población. Se habla con
el mozo, la cajera del chino, la doña de la mercería, el plomero inevitable, el
tachero temido, la profe del jardín… Se comparte un punto de vista que
necesitamos confirmar o defender con urgencia para sentirnos menos solos en
nuestra ira o en el imperioso deseo de tener razón. Quienes trabajamos en la
urdimbre de tramas y decidimos que nuestra tarea sea la construcción de otros
mundos, atesoramos ese anecdotario como quien custodia el mapa del tesoro.
Nunca se sabe dónde está el hilo, el comienzo, el nudo, la imagen, sí, la
maldita imagen que dejará de ser ajena para acosarnos hasta que entendamos qué
demanda, qué precisa de nosotros, hacedores insensatos de quién sabe.
El gran poema épico que nos regala El
Hipervínculo (Prueba 7) del Proyecto Pruebas de la Compañía Buenos Aires
Escénica, dirigida por Matías Feldman, es fruto de esta vorágine y digno hijo
del microuniverso ficcional porteño, pero va mucho, muchísimo más allá. Merece
la pena citar algunas de las consignas que aparecen en el
programa de mano: “Desarrollamos investigaciones y reflexiones relacionadas con
la percepción, los procedimientos escénicos, las convenciones y el lenguaje.
Nos interesa, del mismo modo, explorar distintas formas de exhibir un material.
Cada prueba indaga distintos aspectos de lo escénico. (…) Las Pruebas no son
obras. (…) Proyecto Pruebas funciona como un laboratorio permanente.”
Esos cruciales principios
palpitan en cada escena de El Hipervínculo. No es menor asumir que este montaje es la Prueba 7 de un proyecto mantenido a
largo plazo, se nos ofrece el resultado de muchas
búsquedas individuales sintetizadas en la dinámica de creación de una compañía.
La excelencia de la propuesta se asienta en una trayectoria compartida
que trasciende el ejercicio estético. La dramaturgia sacude al público con un
entramado de pensamiento crítico, filosófico, histórico y poético. Abre, haciendo
honor al título, una galería de conceptos a los que nos aproximamos
fragmentariamente y de formas muy distintas.
No tiene sentido la pretensión de esbozar acá
una línea argumental. El desafío de darle forma teatral a la inconsistencia
virtual de nuestro mundo se aborda desde la dirección con un despliegue
intensivo de recursos que exploran no sólo la mixtura de lenguajes, sino la
contemporaneidad de referencias, la convivencia simultánea de todos los
tiempos, estéticas, ideologías, credos, personas, personajes… Todo se orquesta para el inmediato ahora. La escritura, por suerte, no facilita esa descripción
aleatoria pero ritmada que llega a constituir cada escena de una puesta.
Feldman compone con absoluta libertad una partitura férrea donde hay lugar para
el humor, la reflexión, la crítica y la poesía. Logra hacerlo sin depositar
toda esa carga en el texto y ese es sólo uno de los muchos aciertos.
El público está invitado a un festín que
trasciende el divertimento y la estética para estimularlo en la ardua tarea del
interrogante. Feldman, lejos de plantear un mundo sin sentido tomado por la
esencia de lo efímero, elabora para y con nosotros, un punto de vista indeterminado donde la historia de la humanidad nunca fue
mejor ni peor, sólo distinta en sus recursos y renovada en la superficie y en
los soportes.
Esperamos que esta sea sólo su primera temporada y que pronto vuelva a ser
programada en el circuito oficial. Son propuestas de esta índole las que ayudan a crecer como público.
EL
El hipervínculo (Prueba 7)
Compañía Buenos Aires Escénica
Dramaturgia: Matías
Feldman.
Actúan: Valentino
Alonso, Martín
Bertani, Mara Bestelli, Pablo
Brignóccoli, Gonzalo
Carmona, Maitina De
Marco, Delfina Dotti, Eddy García, Nicolas
Gerardi, Augusto
Ghirardelli, Paco Gorriz, Walter Jakob, Juan Jimenez, Lucila
Kesseler, Lina Lasso, Javier
Lorenzo, Glenda
Maislin, Vanesa Maja, Agostina
Maldino, Dora Mils, Aldana
Nasello, Ariel Perez
De Maria, Paula
Pichersky, Claudio
Rangnau, Julieta
Raponi, Pilar Rozas, Néstor Segade, Norberto
Simone, Luciano
Suardi.
Vestuario: Lara Sol
Gaudini.
Escenografía: Cecilia
Zuvialde.
Iluminación: Alejandro Le
Roux.
Diseño sonoro: Nicolás
Varchausky.
Diseño De
Sonido: Simón Pérez.
Video:
Alejandro
Chaskielberg.
Asistencia artística:
Juan
Francisco Reato.
Asistencia de escenografía:
Agustina
Filipini.
Asistencia de iluminación:
Verónica
Lanza.
Asistencia de vestuario:
Ailen Zoe
Monzón.
Producción: Melisa
Santoro.
Dramaturgista: Juan
Francisco Dasso.
Dirección: Matías
Feldman.
Teatro San Martín
Corrientes 1530
De miércoles a domingo, 20h.