Poeta y dramaturgo
¿Cómo te definís
profesionalmente?
Un titubeo prosigue
siempre a esa pregunta.
¿Sabés por qué te
dedicás a esto?
Porque no me interesa
otra cosa.
¿Qué disciplinas
resultaron fundamentales en tu formación?
La filosofía, la
jardinería, el silencio, el mar, el aburrimiento, la muerte, la noche.
¿Qué es lo más útil
que te ha enseñado tu trabajo?
Que no se debe esperar
nada.
¿Y lo más hermoso?
Que lo inútil es útil
para algunos.
¿Cuáles considerás que
son tus principales fuentes e influencias creativas?
El cine de los
hermanos Coen, de Malick, de Wenders, de Herzog, de Reygadas. Los poemas de
Valente, de Fabián Casas, de Juarroz, de Cernuda. El teatro de Beckett, de Lagarce,
de Alejandro Ricaño, de Rodrigo García. La narrativa de Zambra, de Julio Ramón
Ribeyro, de Félix Romeo, de Carver. La obra de Hopper, de Joan Mitchell, de
Esteban Vicente, de Giacometti. La fotografía de Yamamoto, de Todd Hido, de
Castro Prieto, de Misrach. La música de Beethoven, de Arcade Fire, de Sam
Cooke, de los Byrds, de Alabama Shakes, de Brahms. ¿Sigo con la pedantería?
¿Qué es lo que más te
duele a la hora de ejercer tu vocación?
El pasado.
¿Crees haber
sacrificado algo importante para dedicarte a esto?
El pasado.
¿En cuántos proyectos
laburaste el año pasado?
En tres.
¿Todos llegaron a
mostrarse o estrenarse?
Sí.
¿Cuántos te esperan
ahora?
No se debe esperar
nada.
¿Cuál es el proyecto
al que dedicaste más tiempo hasta la fecha?
¿Cómo lo recordás?
Lo recuerdo como un
camino hacia dentro.
¿Vivís de lo que amás
o tenés otra actividad que ayuda a pagar las cuentas?
Soy camarero. De
manera snob se puede decir bartender. De manera estúpida coctelero del drama.
¿Con qué otras artes
te relacionas habitualmente?
Poesía, pintura,
fotografía y música.
¿Qué es lo más absurdo
que has hecho por amor al arte?
Exponerme.
¿Hay algo que no
volverías a hacer?
Ir a una Feria del
Libro a firmar ejemplares. A uno no le tiran cacahuetes pero casi.
¿Qué estás leyendo?
A Jergović.
¿Qué autores
recomendás siempre?
A Ribeyro, a Cernuda,
a Cioran, a Fabián Casas.
¿Qué películas volvés
a ver una y otra vez?
Fitzcarraldo, American Beauty, The man who
wasn’t there, Paris, Texas, A straight story, Lost in Translation, El árbol
de la vida.
¿Qué artistas – de
cualquier ámbito - te resultan imprescindibles?
Los mismos que
mencioné en las influencias.
¿Qué buscás en la
gente con la que elegís laburar?
Lo primero que sean
buenas personas. Después que entiendan que todos aportan.
¿A qué profesionales
de tu ámbito seguís de cerca?
A los de mi
generación.
¿Con quién hablás
sobre tu trabajo? ¿Pedís consejo o asesoramiento a alguien de confianza?
Odio hablar sobre lo
que estoy haciendo. Mando los textos cuando ya casi están terminados a un
círculo muy reducido de amigos.
¿Pedís subsidios para
tus proyectos? ¿A qué instituciones?
Una vez obtuve una
beca del Ministerio de Cultura español. También de una fundación privada, la
Antonio Gala. Esa última determinó mi vida.
¿Por qué?
Porque todos
necesitamos dinero para comprar tiempo.
¿Por qué vivís en
Madrid?
Por la gente que vive
aquí.
¿Hay algún viaje que
marcara un antes y un después en tu trabajo?
Muy pobre ha de ser
uno si los viajes no modifican nada de su estructura mental.
¿Cuándo te das cuenta
de que tenés un nuevo proyecto entre manos?
Cuando estoy
escribiendo y pierdo la referencia del tiempo.
¿Sentís que tenés un
sistema personal de trabajo?
¿Las supersticiones y
manías cuentan como sistema?
¿Qué hay en tu lista
de cosas pendientes?
Vivir en cualquier
otra parte, hacer cualquier otra cosa.
¿Tenés un panorama
claro de lo que vendría siendo tu trayectoria?
El otro día a raíz de
una charla que tuve que dar percibí durante dos segundos un atisbo de
coherencia. Fue magnífico.
¿Qué es lo que más te
preocupa en tu futuro?
No se debe esperar
nada.
¿Qué hacés cuando no
estás trabajando?
Soy un bicho social.
¿Si no te dedicaras a esto
qué estarías haciendo?
Cualquier cosa que
tenga que ver con hacer preguntas.