Vuelo Buenos Aires















Foto. Hábitat. Ignacio Masllorens.


Qué tendrás me pregunto desde siempre,
desde el primer invierno
en el que tu humedad
abrigó mi esperanza de ser otra
y me diste licencia para hacerlo posible.
Desde el primer avión
que me trajo de vuelta
por cosa de unos meses
que luego fueron años
y ahora es vida.

Me sigo interrogando sin respuesta
sobre el tiempo acodado en tus esquinas
esperando el regreso del pasado soñado
que nunca llegó a ser.
A veces me tropiezo conmigo en tus cafés
jugando a ser turista,
observando de lejos sutiles diferencias
donde yace el misterio indescifrable
que ninguna nostalgia
acierta a interpretar
o traducir.
Ni siquiera tus tangos se parecen a vos
en estos días.
Cuando camino historia por ese centro roto
de tus calles añico saturadas de tanto,
me dueles como propia y no entiendo razones
que acierten a explicarme cicatrices.
Y no todo es canción
y nada es verso.
Bien sabes cuánto duele
y dónde
y cómo.

Hacía rato largo que no te murmuraba.
Me acostumbré a tenerte,
a protestar por todo más seguido,
a silenciar tus ruidos y esquivar mi cansancio.
A veces el amor se nos pervierte,
se tatúa en rutinas y distancia.
Qué te voy a cantar,
si sos Gardel, mujer.

Hoy me desperté en vos. Silenciosa y distinta.
Con ecos de otras veces removiendo el café,
sin la menor idea de qué estarás fraguando
en tu cueva amantes de ida y vuelta
que atesoras ajena a todo empeño.

Sólo quiero que sepas
que ya no me imagino en otros brazos,
que todas mis costuras te contienen.

"Nada puede dejar de irse",*
respondes mientras ríes
de mi amor.

Qué te voy a contar,
si sos mujer.


m.trigo

* Alejandra Szir.