ph. gentiliza de juan coulasso
De nuevo en obra ajena tratando de profundizar en la poética del ensayo. Invitada. Observando. Queriendo entender qué hay de distinto en esas horas, ese espacio, otra sala tan única y singular como cada una: Roseti. Lo conocí cuando aún era "La playita". Desde entonces esos metros cuadrados se reformaron, enriquecieron y expandieron en múltiples microuniversos. Casi siempre ficcionales. Un espacio de formación y ensayo que lleva varios años arremolinado creadores - docentes, directores, músicos y estudiantes de teatro - y apostando, siempre, por el valor de la búsqueda. Sabemos que sucede en muchos lugares pero no somos testigos de todo ni de tanto, por eso cuando la vida privilegia el recuento y la constatación es positiva, conviene señalarla. Poner el índice justo ahí, en lo que crece. Esa semilla sigue latiendo por algo. La realidad se contrapesa, se contrarresta y capitaliza. Las actividades en Roseti no niegan el afuera, todo lo contrario: lo cuestionan. Barajan dudas e incertidumbres. Las reparten y abren juego. Y fuego.
En diciembre asistí a uno de los "entrenamientos públicos y ordinarios" que Juan Coulasso organizó con sus alumnos. Al llegar se nos entregaba una suerte de manifiesto que hoy no puedo evitar citar: "estas prácticas públicas no están pensadas para entretener a nadie, no quieren ser eficaces, tampoco presentan un límite inmaculado entre espectadores e intérpretes. son las síntesis de una serie de tareas que fuimos ejecutando adentro de nuestro espacio, adentro de nuestro cuerpo y adentro de nuestra realidad. el espectador como testigo de nuestra supervivencia. (...) no más ficción. no más espectáculo. la forma del mundo cambia, la forma del teatro caduca y es responsabilidad nuestra reinventarla."
Esos cimientos son mucho más que un deseo, diríamos que ya son una necesidad a juzgar por lo que acabamos de compartir en este ensayo de el mundo es más fuerte que yo. -primer boceto de la obra que nunca existió-. Ensayo abierto a colaboradores e interesados entre los que tengo la fortuna de encontrarme.
Las actrices se preparan gestionando una disponibilidad que desea ser absoluta. La ardua tarea de posicionarse en el acá y el ahora. Cuerpo y voz. Escucha y sincronía. El espacio es un personaje más que tienen incorporadísimo tras dos años de ensayo. Sí, dos años. "Llevábamos demasiado tiempo ensayando esta obra", afirma el texto. Un texto que materializa algunas de las paradojas de la representación. Abre, sin pretensión de dilucidar, múltiples interrogantes sobre la naturaleza escénica.
¿Podemos evadir "la realidad y la ficción" para "entregarnos a lo desconocido"? ¿Podemos? ¿Podrán? Esa es la invitación y esa es su búsqueda, su intento.
"Los quiero deslumbrar", afirma categórica la actriz." Y al rato interroga: "¿Los estoy deslumbrado?". La ironía acaricia la columna vertebral de esta propuesta. "No estás loca. Sos actriz. Esta es tu vida", repite como un mantra el personaje que no termina de ser, que aparece y desaparece representado en dos actrices que despliegan energías enfrentadas: la verborrágica, compulsa y volátil y la terrenal, contundente y monosílabica. Dos caras de una misma moneda. En un momento dado ofrecen un hermoso desglose, enumeración caótica de las posibilidades que ambas simbolizan.
Coulasso desfigura la expectativa dramática o narrativa. Quienes vieron Cinthia interminable, recordarán que se le da bien. Su dirección desafía al espectador, lo incluye, respeta e incomoda. Nos invita y obliga a ser parte. el mundo es más fuerte que yo... reflexiona sobre los determinantes del quehacer creativo, "directores pretenciosos del off", saluda y sonríe el texto. "La actuación es lo único real en mí", sentencia la actriz.
Aún no están definidos ni presentes el vestuario ni la iluminación. La obra se estrenará en mayo y es difícil no preguntarse cuánto cambiará y crecerá. Su naturaleza performática combina el relato fragmentado, la expresividad física y vocal y la potencialidad de un plano acústico constante: música clásica, y batería y percusión en vivo a cargo de Matías Coulasso.
La obra integra al público como personaje y también suma al director. Un director que observa, señala y comenta. Un director que en este ensayo ejerce sin parar: toma notas, manda un audio, controla el sonido, cambia una y otra vez de lugar y... Decide, mide, tantea, edita y todas esas sutilezas indescifrables que definen el oficio.
el mundo es más fuerte que yo.
El título se resignifica tras el ensayo. Una investigación de dos años lo contradice. Aunque todo atente contra la fragilidad del escenario, éste no deja de ser un campo minado desde el que volar el mundo por los aires. En alguna parte de ese mundo se encuentran los cimientos del teatro conocido. Coulasso no duda en hacer presentes a los griegos como padres, acaso irresponsables, de todo este despelote.
¿Queda algo en pie que sirva? ¿Cómo se hace? ¿Cómo se hace para seguir haciendo?
Todo lo que no está escrito, lo que el texto no precisa decir, es un inmenso subtexto que se nos regala o, quizá, se nos exige elaborar. Algo de eso palpita ya en su futura gacetilla:
(...) "es el día del estreno y el teatro está repleto de espectadores.
un instante antes de que la actriz diga la primera palabra, se larga a llover. tan fuerte que el teatro se inunda y hay que pedirle a la gente que se vaya.
¡corran corran corran corran corran corran!
cuando la lluvia para, la actriz, el baterista, el director y yo nos hundimos en un abrazo soñado.
eso era la obra: un accidente."
Por último, mencionar que si de algo trata esta lucha, la búsqueda incendiaria de una poética de construcción y supervivencia, es sin duda de la importancia y el valor de los grupos de trabajo, de los intercambios y de lo mucho que nos necesitamos cuando buscamos algo que sólo reconocemos al tenerlo delante. La ficha técnica de este proyecto habla por sí sola y muy bien de todo esto.
Pueden empezar a desear este estreno de mayo.
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el mundo es más fuerte que yo
-primer boceto de la obra que nunca existió-.
de juan coulasso, victoria roland, matías coulasso, flor sanchez elía y roseti.
con la dirección coreográfica de carmen pereiro numer, el asesoramiento musical y sonoro de barbara togander, la dirección de arte de endi ruiz, el diseño de iluminación de mariano arrigoni y la asistencia técnica y artística de marina ollari y nadia lozano.
y la inestimable contribución - en diferentes etapas del proceso – de: maria florencia rua (asistencia de dirección del primer año y medio de ensayos y colaboración dramatúrgica), anabella sarrias (fotografía y registro audiovisual de los ensayos), javier swedzky (entrenamiento en manipulación de objetos durante el primer año de ensayos), mariela solari (asesoramiento escenográfico durante el primer año de ensayos), y eugenia perez tomas (asesoramiento en dramaturgia durante el primer semestre de ensayos).
A partir de mayo en Roseti.
Roseti 722