Docente, directora de teatro.
¿Cómo te definís profesionalmente?
Es difícil definirse.
Ahora que estamos con Groenlandia soy directora. Pero luego soy docente de
teatro. A veces se dan las dos al mismo tiempo. Escuché alguna vez que en el
teatro no nos puede definir el título, por lo tanto soy, en la medida que estoy
haciendo. Creo que estoy todo el tiempo intentando mantenerme cerca del teatro,
haciendo lo posible porque mi vida tenga relación con la escena.
¿Qué disciplinas
resultaron fundamentales en tu formación?
Las artes visuales. Antes
de estudiar teatro, estudié Artes Plásticas. Escultura.
¿Qué es lo más útil
que te ha enseñado tu trabajo?
Que todos tenemos
razones para lo que decimos, odiamos, amamos, y que cada uno anda por la vida
persiguiendo y defendiendo su súper-objetivo.
¿Y lo más hermoso?
Disfrutar de la gente,
disfrutar de cada ser humano. Una puesta en escena te permite conocerte casi
por completo con las personas con las que estás trabajando. Aprendes a
disfrutar esa convivencia desnuda que impulsa el teatro.
¿Cuáles considerás que
son tus principales fuentes e influencias creativas?
La mayoría viene de
las artes plásticas. Sobre todo de la instalación, me encanta Joseph Beuys,
Duchamp, Vostel, y el chileno Carlos Leppe.
¿Crees haber
sacrificado algo importante para dedicarte a esto?
Creo que renuncié al
trabajo fácil. Con mi socio y pareja tenemos una escuela de teatro, y su
crecimiento ha implicado años de trabajo dedicados casi por completo a esto.
Pero no sé si es precisamente sacrificio. La docencia me permite estar siempre
cerca de la creación y eso me llena.
¿En cuántos proyectos
laburaste el año pasado?
Tres. Antes de
Groenlandia, estábamos en otro intento de puesta sobre Juana de Arco. También estuve montando con
un grupo Negro Animal Tristeza de Anja Hillling, eso se estrena pronto al fin.
¿Cuántos te esperan
ahora?
Dos. Queremos seguir
trabajando con el equipo de Groenlandia, y estamos definiendo el impulso para
iniciar. Además quiero dirigir un monólogo con un actor, sobre una historia de
Patrick Suskind.
¿Cuál es el proyecto
al que dedicaste más tiempo hasta la fecha?
Un tiempo de ensayos
eternos, en búsqueda de una puesta desde textos de Judith de Hebbel y Salomé de
Wilde. Fueron largos meses de experimentación, sin estreno. Un tiempo muy rico,
de libertad, de prueba sin la presión del estreno, nos permitimos jugar con
el sonido, con el cuerpo.
¿Vivís de lo que amás
o tenés otra actividad que ayuda a pagar las cuentas?
Vivo de y para la
docencia, pero una docencia teatral ligada absolutamente al acto creativo.
¿Con qué otras artes
te relacionas habitualmente?
Con la plástica en
todas sus formas. Sobre todo con la fotografía y la escultura. La instalación y
todo lo que tenga que ver con un desarrollo y proyección objetual en el
espacio.
¿Qué estás leyendo?
Detrás de escena, editado por Excursiones. Me
lo trajo un alumno desde Buenos Aires.
¿Qué autores
recomendás siempre?
Patrick Suskind,
Clarice Lispector, Diamela Eltit, Lihn, Girondo.
¿Qué películas volvés
a ver una y otra vez?
Sobre todo Blade
Runner. Creo que es una película perfecta en muchos sentidos. Las actuaciones,
los tiempos, los espacios, la música, la historia. North by Northwest (Intriga
Internacional) de Hitchcock es un recurrente también. Y este año me quedé
pegada con The Twilight Zone, la serie de los 50s. Me fascinan las historias, la
estética y las actuaciones con esos tiempos infinitos que ya no caben en el
cine y la televisión actual.
¿Qué buscás en la
gente con la que elegís laburar?
Parto por las ganas de
trabajar con esa persona, siempre. Por las ganas de conocer a esa persona en
profundidad. Sin lazo afectivo, de amistad o admiración por esa persona me
resulta difícil trabajar.
¿A qué profesionales
de tu ámbito seguís de cerca?
En Chile a Rodrigo
Pérez (Teatro La Provincia), a Bélgica Castro (por la forma en la que asume el
trabajo teatral); en Argentina a Veronese y Santiago Loza. Me mueve mucho lo
que hace Rodrigo García también.
¿Con quién hablás
sobre tu trabajo? ¿Pedís consejo o asesoramiento a alguien de confianza?
No siempre se puede
contar con alguien. Para Groenlandia tuve la suerte de contar con Marco
Espinoza, profesor de la Universidad de Chile. Fue un diálogo fundamental.
¿Cuándo te das cuenta
de que tenés un nuevo proyecto entre manos?
Cuando me doy cuenta
de que todo el día gira en torno a ese tema, imagen o texto. Todo lo veo a
través de eso. La gente en la calle, la música, todo. Como si me envolviera.
Con Groenlandia me pasó que me encontraba como nunca con madres y sus hijos por
la calle. Estaban en todos lados, mostrándome muchas situaciones que están
presentes en la puesta.
¿Qué hacés cuando no
estás trabajando?
Estoy viendo películas
viejas, o caminando con mis perros, o no sé, lavando platos. La vida.