así nos aclaraba el pasado miércoles Rita que, tras hora y media, finalmente, aparecía en escena su mamá, Ximena Banús, la mujer matrioska. Con una rotunda carcajada y un nuevo aplauso terminó lo que se anunciaba como la última función de Desvelada y sola, el unipersonal en el que Banús presenta una exquisita colección de mujercísimas inolvidables que una y otra vez logran lo imposible: renovar el estereotipo, darle impronta personal a los invariantes descriptivos con los que pueden construirse personajes.
Banús es una actriz de armas tomar. Sabe muy bien cómo manejar la caracterización para que el público identifique rápidamente la potencialidad de sus creaciones. Pero no sólo eso, logra que nos identifiquemos con ellas. Con lo mejor y lo peor de cada una. Su humor es inteligente, lúdico y no da tregua. Su interpretación es honesta, generosa y vital. Su texto está lleno de agudezas. Imposible no mencionar y destacar su pasmosa lucidez a la hora de (re)inventar idiomas. Marie, la hermosa y triste francesa que abre la noche es, sin duda, uno de los grandes hallazgos de esta propuesta. También hay que destacar la participación de Lucila Domínguez cuyas canciones abundan en ternura y desenfado y ejercen como hábil transición entre personajes para que la sonrisa quede siempre esbozada.
Tengo la suerte de haber visto un buen puñado de aquellas míticas Veladas Temáticas que tantos domingos mejoraron la década pasada. Ya entonces los personajes grotescos de Banús eran hilarantes y redondos y lograban una compacta frescura que nunca defraudaba. Desvelada y sola es una síntesis de muchos años de trabajo, una apuesta por esas certezas que terminan por constituirse como poética de una actriz. Porque no es un alarde de método sino toda una poética personal sobre la construcción del personaje y el buen uso de la palabra y el ritmo cuando se persigue la carcajada y la complicidad de la platea.
Nos negamos a creer que la función del miércoles fuera la última. Banús volverá. Y bien podría ser millones, la verdad.
Desvelada y sola
Texto y dirección: Ximena Banús
Actúan: Ximena Banús
Vestuari y escenografía: Mariana Tirantte
Iluminación: Marcelo Álvarez
Edición de video: Emi Castañeda
Video: Ivan Wolovik
Ilustrador: Lucila Domínguez
Diseño gráfico: Lucila Domínguez
Asistencia técnica: Gabriel Beltrame, Luciano Vázquez.
Prensa: María Sureda.