Acá algunos recortes de lo que fue Texto con vos ayer en Una obra, un artista.
Gracias a todos los que colaboraron, los que vinieron a ver qué era, los lectores improvisados y los que acompañaron desde lejos.
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“Qué suerte que no tiene
faltas de ortografía”, dicen. (...)
Gracias a todos los que colaboraron, los que vinieron a ver qué era, los lectores improvisados y los que acompañaron desde lejos.
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¿Y qué vas a escribir? Esa
era la pregunta de estos días. Tengo un secreto. Y varios subgéneros propios
que puedo practicar de forma desmedida. No es gran literatura pero son temas.
Recurrentes. Posibles. (...)
La escritura como evento
público. ¿Por qué pensar que uno escribe como reza? Perdón, ya sé. Quién reza.
Bueno, que uno/ una escribe a solas, de noche y después de una visita de qué
musos. No. La verdad es que no. Yo escribo cuando puedo. Puedo bastante, sí.
Tengo esa suerte. Y supongo que por eso este ejercicio, esta práctica de hoy, no
me asustaba mucho. Ahora no sé. Estoy acá. No es susto. Es una especie de
desafío. Conmigo misma. Sin reglas, por otra parte.
Entonces bastante absurdo,
sí. Bueno, yo hago estas cosas. Practico deportes olímpicos que nadie más
conoce. Querer en aeropuertos, por ejemplo. Son cosas que preciso cada tanto.
En concreto, eso de los aeropuertos, es algo que conviene practicar antes de subirse
a los aviones. Por las dudas. Decir te quiero a alguien. Ya lo dije algún día.
Lo escribí por ahí. (...)
Qué traje hoy. No mucho.
Varios libros de poemas.
A todo pasado. De Use
Lahoz. Escritor amigo de un amigo.
Dice cosas como estas:
Dice cosas como estas:
Ayer
Parece que fue ayer
cuando todo
parece
tanto
que no
que era, fue, sólo, eso,
nada
cuánto queda
cómo dura
rotundamente duele
este escaso amor
que se diluye
como quien lo escribe
dudando.
dudando.
Lahoz llegó a mis manos en
Valladolid. En casa de Raquel y Javi. Dueños de una de las mejores bibliotecas
en las que tuve la suerte de pasar unos días. Empecé a leerlo y me gustó mucho.
Me gustó antes de saber que era amigo de Tito. Algunos amigos son como cartas
de recomendación. Es para tenerlo en cuenta eso.
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“La chica escribe”, dicen
al pasar.
Eso.
“Escribe”.
En realidad no. La chica,
pobre, está acumulando palabra tras palabra. Arma un paredón de palabras
que quizá alguien lea allá afuera, por un momento, cuando pase. Pero quizá no.
La totalidad de esto no sé
si hay paciencia que lo aguante después de todo. (...)
Cuando comencé a pensar en
esta idea, en este día, en realidad creo que fue sólo por darle un nuevo marco
a esta práctica literaria dirigida a un lector tan fiel como ausente. Siempre
se escribe para alguien. No necesariamente con nombre y apellido, no. Ese
lector va cambiando y con el paso del tiempo termina por ser ese “lector ideal”
que la teoría literaria nos ofrece. Un cuento chino el lector ideal. Un cuento
tan tonto como todos los otros. ¿Quién encarnará a esa supuesta persona capaz
de articular todas las posibles expectativas del escritor? Lo dije muchas
veces. No se puede creer en los príncipes azules, mucho menos en el lector
ideal. Sobre todo si se entiende la literatura como un ejercicio de
supervivencia. Como una lucha con el infierno propio. Cuando eso pasa es
difícil que venga un lector a rescatarnos. (...)
Gracias por la compañía.
Estamos llenos de anécdotas
rarísimas. Y esta, supongo, quedará así:
“¿Te acordás de la gallega
loca que un día se puso a escribir en una vidriera de Palermo?”. Y bue. (...)
Después de todas las
cartas, los diarios de avión, los regalos absurdos y tanta mar en coche, qué
mareo, una sigue pensando qué más podría hacerse. Cómo llegar ahí. Al cuarto
oscuro. Qué podría decir, qué palabra precisa abriría esa puerta. Cueva de Alí
Babá. Cuento tan largo. Ahora. Cuál sería el hechizo que vendría a romperse si
logro la palabra. El adjetivo. Imposible. Nada de esto. Ninguna de estas
líneas. Ya lo sé. Ninguna te convoca como debe. No importa. No es por eso que
sucede. Simplemente nos llegan. Como decía aquel. Él de sus cuadros, “siguen
llegando”. Bueno. Un poco es así ahora. Los poemas. Más de los merecidos. Más
de los convenientes. Del todo innecesarios. Quién los cuenta, dirás. No cambia
nada. Sé que no los conservas como si fueran copias de cuadros ejemplares. No
es la idea. Sé que no editarás obscenidades cuando ya no esté acá y vos los
sientas tuyos y entonces los poemas sean como zapatos o relojes de herencia.
Algo que nadie más se atrevería a usar, a abrir, robarte. (...)
Estás ahí. Pudiendo estar
en cualquier otro lugar. Estás ahí. Como si desde siempre. Pero ahora. Y sólo
por ahora. En un momento. Y no importa tampoco para qué. No es cosa de finales.
No hay argumento largo. Y hace rato que huís del happy end. Entonces es así,
será posible el lío, el enredo que quieras con tu nombre. Después de todo,
nada, es una excusa. Y podría ser otra.
En las ventanas todas, el
silencio de siempre.
Mañana no estarás.
Exactamente.
Y no habrá cien preguntas
tendidas como ahora.
Mañana será un tango.
Aunque no llueva. (...)
Ok. Queda una hora. (...)
“- Es una instalación. En
vivo. No habla con nadie. Está ahí. Improvisando”. (...)
La voz que se construye no
es la mía. La distancia es prudencia. Y estoy prudente, sí. Y hasta diría
amable. Y luego, esos paréntesis. Los momentos fugaces en los que te apareces y
bueno, ahí sí, sos vos. Venís, llegás, leés. Y estás en todos ellos sin
saberlo. Y no tenés idea. Como siempre.
La posibilidad de escribir
para vos en cualquier parte. Dale. Convengamos que es rarísimo. Que es una de
esas cosas del todo inesperadas y un tanto inconvenientes. Uno de esos regalos
que no sabés muy bien dónde guardar. No te pega con nada. Y en el salón no entra.
Y en esa caja rara tan llena ya de cosas y papeles, no creo que ahora entrara
toda esta realidad tan paralela.
22.26
Acá está F. V.
cumpliendo la promesa anunciada de venir a rescatarme del castillo de cristal y
palabras.
Nos queda un rato apenas.
Un ratito. (...)
Si te quedás quietita mucho
tiempo.
O al menos cinco horas.
Si lo pensás seguido y más
despacio.
Si te escuchás pensarlo.
Al final, lo imposible,
también llega.
No es un veredicto.
Es una impresión.
Afortunada.
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m.trigo
fragmentos de texto improvisado escrito el 3/12/13 entre las 18 y las 23h en Lafinur 3248.
m.trigo
fragmentos de texto improvisado escrito el 3/12/13 entre las 18 y las 23h en Lafinur 3248.