"Toda canción tiene un corazón. Es algo tan sencillo como difícil de entender. Aunque con el expediente de que lo simple no es lo opuesto de lo dificultoso. Por el contrario, los pensamientos más arduos suelen transmitirse de un modo delicado, como ocurre con los aforismos, los refranes y otras expresiones que, por cierto, a veces se transforman en canciones. Entonces, para decirlo de algún modo, diría que el corazón de la canción es esa verdad íntima que apenas puede reducirse a algún elemento compositivo (la letra, la melodía, el estribillo, etc. ). En realidad, habría que decir que es una especie de forma original que se agrega a todos los elementos aislados. Algo tan sencillo. Una Gestalt. ¿No podría decirse que la idea de que el todo supera la suma de las partes es casi el verso de una canción? Suele ocurrir: no hay más que darle cien años a una idea para que se vuelva un lugar común. (...) La canción nace en la boca de otro. Es un lugar común que, dicha al pasar, se congela en un silbido que anuncia una melodía. Un murmullo anónimo que nos trabaja y devuelve nuestro propio mensaje invertido".
Luciano Lutereau.
Mucho más en Marcadores nuevos, ed. Letra Viva, Buenos Aires, 2012.
Luciano Lutereau.
Mucho más en Marcadores nuevos, ed. Letra Viva, Buenos Aires, 2012.