A vos, en las alturas.
Soy recuerdo o fantasma de alguien nuevo
a quien no reconoces todavía.
Paciencia silba el viento abriendo cielos.
Es temprano de arena en los relojes.
La casa es silenciosa.
Todos duermen y sueñan.
Vos también.
Aunque nunca me nombres en tus días
sé que tus huesos saben,
calientan mi deshielo
en días como éste
donde todo es azul y nadie llega,
nadie rompe el silencio
y la vida es un cuadro
del siglo diecinueve.
**
Cicatrizado el llanto los rostros son distintos
En regreso los trenes son más lentos,
los aviones retrasan su caída,
y las noches ignoran la prudencia.
No hay sombra que se alivie
cuando el sol la abandona,
ni tormenta de nieve
prudente en los caminos.
Así mi paso ahora,
a orillas de tu nombre,
nunca regresará
a esta mañana nueva
donde todo es posible
y sin embargo qué.
m.trigo.