El Hipervínculo (Prueba 7) / Segundo round






Ayer se realizó una charla con el público en el teatro San Martín sobre El Hipervínculo (Prueba 7) antes de la función. Estuvieron presentes las actrices Mara Bestelli y Vanesa Maja, los filósofos Eduardo Del Estal y Esteban Bieda, Vivi Tellas, Juan Francisco Dasso como dramaturgista y el propio Matías Feldman, autor y director de esta Prueba que ya consideramos uno de los estrenos más significativos de los últimos años. Se comentaron cuestiones de índole diverso sobre los modos de aproximarse a este trabajo: el papel del público como co-creador, la ausencia de una narrativa tradicional, el desafío de materializar la violenta modificación perceptiva fruto de la virtualidad y el modo en que los ensayos funcionaron como tiempo y espacio para la aparición de sentido(s) que expanden la dramaturgia hacia posibilidades que superan la intención autoral.

Nos encontramos ante una obra total al wagneriano modo, lo que implica que toda reflexión sobre la misma apenas arañará la superficie de la cosa, pero la cosa en sí es tan rotunda y endiabladamente hermosa que bienvenidos sean todos los humildes intentos de pensarla. Feldman mencionó con envidiable lucidez algunas de sus principales inquietudes en esta propuesta. Habló de cómo el riguroso control técnico está en función de que la experiencia del público no quede pautada por la dirección. El público no es una presa fácil y adormecida en la oscuridad de la platea, se le considera imprescindible para que la obra exista en la medida en que sea capaz de enfrentarla eligiendo dónde poner su atención y qué tipo de mensaje, nunca concluyente, elabora.

Esta ambición de la dirección se señala a menudo pero la mayoría de las veces claudica apenas como una buena intención. Abandonar el camino de la lógica narrativa y la estructura tradicional es una tarea ardua y compleja que rara vez se conquista. El Hipervínculo supera con creces ese objetivo y apuesta por una belleza escénica renovada, algo también mencionado en la charla. La yuxtaposición de lenguajes elabora una puesta sin solemnidades que se aleja de forma radical del prejuicio con el que llegamos al teatro del llamado circuito oficial. No hay acá nada predecible ni estático y ahí descansa la vitalidad de una belleza otra, una belleza posible y diferente que se introduce en una de esas salas donde solemos ser apabullados por la norma, la tradición, los efectos y la espacialidad.

En mayo del 2015 se presentó en el Malba el libro Detrás de escena, de la editorial Excursiones. Matías Feldman, autor de uno de los capítulos, habló entonces de un profundo deseo, una necesidad: “Deberíamos tomar el San Martín. Así como hicimos un teatro independiente enorme, deberíamos poder canalizar toda esa energía en convencer al Estado de que se haga cargo de ese producto único en el mundo.”

Dos años después la Compañía Buenos Aires Escénica presentó en el Sarmiento la retrospectiva de cinco de sus Pruebas. Hoy, mientras el teatro atraviesa un momento aciago sometido a los múltiples atropellos del actual desgobierno, recibimos esta Prueba 7 como una constatación de las múltiples paradojas que este oficio conlleva.

Palpitan en El Hipervínculo muchas virtudes del teatro independiente - llámese alternativo, off o X  - no sólo la excelencia interpretativa de un gran elenco, la libertad estética desacralizada, la capacidad de sorprender presentando soluciones poéticas y la conciencia política alerta a nuestro violento presente, también renueva, ojalá inaugurando para todos, una línea de valoración hacia nuevos contenidos dentro del teatro oficial.

Entre las muchas sandeces comentadas mientras el San Martín permaneció cerrado, se llegó a afirmar que muchos directores y actores porteños no estaban preparados para laburar en salas como estas porque lo suyo es teatro “de living.” Feldman, consciente de la responsabilidad que implica este cambio de territorialidad que supo desear, señaló ayer la importancia de que los creadores puedan acceder a estas salas no sólo como excepciones, sino con la continuidad necesaria que requiere la práctica teatral para poder desarrollar el entrenamiento imprescindible que demanda esa espacialidad y los recursos propios de estas instalaciones públicas.

Ninguna de estas cuestiones es ajena a la experiencia que se le ofrece al público. Por desgracia, son pocas las oportunidades que nos damos para valorarlas en su justa medida. Insistimos en subrayar esta Prueba 7 como el resultado de un plan de trabajo sostenido durante años por la Compañía Buenos Aires Escénica. La investigación constante sobre la actuación, la elección de sus temáticas, así como sus fuentes e influencias interdisciplinares, cimentan la factura impecable de esta intertextualidad donde el teatro se ofrece como territorio para la exploración de conceptos y no sólo como un arte donde habitar relatos.

Es un privilegio enorme poder ver un trabajo así varias veces. En esta segunda ocasión destacaremos algo mencionado por su director donde encontramos una síntesis brutal pero posible de su poética: el valor dado a los enlaces, la forma inmaterial que vincula las muchas capas de su dramaturgia. Mencionamos en nuestra primera aproximación la gran virtud de no volcar en el texto el infinito peso de su programa, constatamos ahora la certeza de que los hilos conectores son múltiples y contundentes, pero también flexibles y se tienden gracias al trabajo de los intérpretes que generan sobre el espacio y entre ellos múltiples fuerzas que los resignifican. Ellos constituyen el verdadero hipervínculo.

Aún están a tiempo de ser parte de todo esto.




El hipervínculo (Prueba 7) 


Compañía Buenos Aires Escénica

DramaturgiaMatías Feldman.
Actúan: Valentino Alonso, Martín Bertani, Mara Bestelli, Pablo Brignóccoli, Gonzalo Carmona, Maitina De Marco, Delfina Dotti, Eddy García, Nicolas Gerardi, Augusto Ghirardelli, Paco Gorriz, Walter Jakob, Juan Jimenez, Lucila Kesseler, Lina Lasso, Javier Lorenzo, Glenda Maislin, Vanesa Maja, Agostina Maldino, Dora Mils, Aldana Nasello, Ariel Perez De Maria, Paula Pichersky, Claudio Rangnau, Julieta Raponi, Pilar Rozas, Néstor Segade, Norberto Simone, Luciano Suardi.

Vestuario: Lara Sol Gaudini.
Escenografía: Cecilia Zuvialde.
Iluminación: Alejandro Le Roux.
Diseño sonoro: Nicolás Varchausky.
Diseño De Sonido: Simón Pérez.
Video: Alejandro Chaskielberg.
Asistencia artística: Juan Francisco Reato.
Asistencia de escenografía: Agustina Filipini.
Asistencia de iluminación: Verónica Lanza.
Asistencia de vestuario: Ailen Zoe Monzón.
Producción: Melisa Santoro.
Dramaturgista: Juan Francisco Dasso.
Dirección: Matías Feldman.


Teatro San Martín
Corrientes 1530
De miércoles a domingo, 20h.