Silencio ♯





El exterior fue un tiempo donde éramos posibles.
Un sindios y un sin mapa porque las ciudades
como los mandamientos
se cierran en banda con apenas dos puertas
o una mejor muralla.
Íbamos a llegar pero sin prisa
era buena la tela y el traje no era urgente
el invierno también era otra cosa
digna de atravesar
y en el silencio de la cámara anecoica
brindábamos con Cage y el señor Gould
sin sacarnos los guantes ni el abrigo
por eso de vivir
y palpitar idéntico a cualquiera
pero con nuestro ritmo y a deshora
y dentro de algún rothko
por supuesto.

Si hay piedad en el mundo lloverá
se afirmaba en el medio de todos los cigarros.
Eran tiempos acordes al escándalo
y el paso de los trenes derribaba inquietudes
y fronteras. Después de medianoche
el cuerpo es el mensaje o la botella
y la luz es la luz es la luz
fotosintética.







Ellos me consentían. Con sus buenos modales
el cuartero era unánime y discreto.
Mi pieza ya sobraba en ese entonces
aunque quedaba bien sobre cualquier piano
y eso explica mi amor
suelo decir
cuando algún demandante pide guerra
o interrumpe el silencio sostenido.


m.trigo