ESTRENO: Planes de fuga todavía peores





Planes de fuga todavía peores nace como respuesta teatral al eco de la novela Talita Cumi (Ed. Leteo, León, 2012), del español Ignacio Abad. En la novela, la voz de un poeta que es uno y cientos, viaja para sanar en cuerpo y obra. Viaja en busca de inspiración, historia, musa. Talita Cumi es un ensamble musical donde las palabras componen una partitura salvaje que nos arrastra lejos, lejísimos, hacia el prodigio mismo. La potencia de ese narrador múltiple que presta su voz a una exquisita parodia del poeta como autor y mártir, sus desmesuradas aventuras a través de una geografía inabarcable, fue uno de los disparadores de esta obra. A esa legión de poetas sin patria, quise sumar mi célula de resistencia: la de los actores. Actores que comenzaron a hacer teatro casi sin darse cuenta, que ya no recuerdan porqué lo hacen o para quiénes, pero que nunca podrían dejar de hacerlo porque la vida, en lo bueno, lo malo y lo peor, se parece bastante a lo que alguna vez imaginamos que sería cuando atravesamos el campo minado de la escena. 

La obra fue escrita en un retazo de la Barcelona modernista, muy cerca de la Sagrada Familia, en uno de los inverosímiles pabellones del hospital Sant Pau. Escribí desde España extrañando el quehacer desquiciado de la rutina porteña, sabiendo que volvería en pocas semanas y que la Buenos Aires a la que regresaba era aún más hostil e inverosímil que la que había dejado semanas antes, pero seguía, y sigue siendo, mi lugar elegido en el mundo para hacer cuanto amo. 

Planes de fuga todavía peores es apenas uno de los infinitos e infernales desgloses de nuestros argumentos para seguir aferrados al hecho escénico como salvoconducto para una vida otra, posible, poética. Una vida que no se parece a esta, una donde se ensaya y siempre sabemos qué decir y nos necesitamos y buscamos desesperadamente entre esos restos de naufragio que son nuestras escenografías. En la obra hay tres actores. Podrían ser trece, treinta, trescientos. Tres actores que quieren ser ellos mismos y parecerse a casi cualquier otro. 

El título de la obra lo encontramos en un poema inédito de Florencia Sanguinetti. Y lo robamos con absoluto descaro y mucha educación porque hacer teatro es lo más parecido a ser poeta. 

La obra nace gracias a un proyecto de coproducción con Espacio 33, sede inagotable de actividades de la más diversa índole, que desde su apertura hace dos años ha dado a luz a media docena de montajes y un festival dedicado a Buenos Aires. El teatro siempre encuentra su lugar. Y no sabe nada de nuestros apuros con el tiempo. Simplemente sucede. Cuando pasa. 



Macarena Trigo



Planes de fuga todavía peores

Actúan: José Frezzini, Federico Justo, Matías Macri
Diseño de espacio: Sol Soto
Colaboración artística: Soledad Peralta
Producción: Espacio 33
Gráfica: Dalmiro Zantleifer
Asistencia de dirección: Ariadna Mierez
Dramaturgia y dirección: Macarena Trigo

ESTRENO: 2 DE SEPTIEMBRE
SÁBADOS 22.30h

ESPACIO 33
Treinta y tres orientales 1119


Para escucharte mejor






















Escribo para escucharte mejor, diría el lobo amable. 
Para vibrar tu eco entre mis huesos,
tu huella sobre el tiempo.
Escribo porque afuera hay un infierno
y acá elijo creer que estamos juntos. Somos.
Seguimos ejerciendo la existencia,
su misterio absoluto, su sinrazón escuálida.

La palabra maldice, miente, insulta
y sabe hace doler la eternidad.
Pero también abraza, salva, logra.
Permite el imposible.
La palabra es la piedra siempre a mano.
La puntería, claro, es otra cosa.

Escribo para escucharte mejor.
Soy la luz que atraviesa otro domingo inútil
donde el cansancio, el miedo y sus hermanos
nos visitan de nuevo.

Escribo mientras pienso en la jurisprudencia
de la felicidad de los idiotas,
en su soberbia terca de bestia amaestrada.
Nos quiero porque somos la vicecontra exacta,
la cicatriz perfecta, inolvidable,
la excusa más amarga para el brindis. 

Escribo porque soy incapaz de abrir con bisturí
el corazón de un mundo como éste,
ni tan siquiera el mío,
cuya existencia atañe a mi forense.
Soy este ejército de hormigas pensamiento
que incendia discreciones y avanza la conquista
de otro futuro en llamas.

Escribo para escuchar los gritos que aún no damos. 
Porque puedo y deseo estar con vos. Ahora.


No nació un dios sin sed. 



m.trigo