Festival 33BuenosAires




Espacio 33 está organizando desde diciembre una serie de actividades que toman Buenos Aires como excusa para reunir diferentes manifestaciones artísticas donde el fondo, el marco, se convierte en tema, en materia prima generadora de encuentros.  

Espacio 33 apenas lleva un año funcionando en el barrio de Boedo. Comenzó como un proyecto colectivo donde sus socios - Brian Bozikovic, Lucas García, Hernán Grinstein, Jimena López, Delfina Oyuela, Ary Pardal, Soledad Peralta y Macarena Trigo - se reunieron para recuperar una casona, una antigua imprenta abandonada. De a poco, la necesidad de darle uso al lugar, compartirlo y sacar adelante sus proyectos, puso en marcha talleres y obras de teatro que comienzan a definir la identidad del grupo de trabajo. La gestión de este festival, realizado sin subsidios, mediante convocatoria abierta y gracias a la participación desinteresada de muchos amigos, quiere ser la apertura de sus puertas al barrio para comenzar el año. Un modo de acercarse a los que están ahí nomás y de hacer que muchos creadores se acerquen a conocerlos. 

¿Por qué un festival sobre la ciudad? 

Estamos rodeados por esos carteles del PRO que afirman "la ciudad avanza gracias a vos". Una campaña genial donde la ironía brilla desmedida. Los que de un modo u otro trabajamos en cultura hemos aprendido a desarrollar proyectos entre trabas constantes, sin apoyo estatal y prácticamente sin recursos. Pero lo hacemos. Nunca hemos dejado de hacerlo. Abrir un lugar el año pasado con el objetivo de dar clases y fomentar una cartelera de actividades fue un viaje a contramano. Varios amigos cerraron sus espacios, aún no podemos recuperarnos de la pérdida de Café Müller, por ejemplo. Pero se abrieron otros. La dinámica infernal de la ciudad es así. Nos defendemos haciendo lo que sabemos. Fue un año donde asumimos, ojalá definitivamente, el valor de nuestro trabajo, su importancia. La importancia de no dejar de hacerlo en el peor de los contextos, porque es cuando más se necesita. Hay contextos peores, por supuesto, pero este es el nuestro. No pinta un lindo nuevo año, precisamente. Espacio 33 lleva muy poco tiempo organizando cosas, pero nos encanta recibir gente. Funcionamos como una casa, como punto de encuentro. Comenzar el año con un festival, por más casero y a pulmón que sea, nos pareció el mejor de los modos de retomar el trabajo y de seguir poniendo nuestro granito de arena para que la ciudad siga manteniendo esa cultura de la que alardea el gobierno, sin apoyarla ni por accidente. 

Por otro lado, Buenos Aires posee un capital simbólico infinito. Es una ciudad que no termina nunca de conocerse. El arte en todas sus manifestaciones es, en gran medida, responsable de que el imaginario urbano porteño siga expandiéndose. La ciudad se conoce más a través de su música, su teatro, sus creadores, que desde sus postales de turismo. Buenos Aires es un epicentro de creación ficcional. Vivimos con esa certeza. Hablamos mucho de eso. 

¿Qué actividades habrá? 

Estamos contentos porque la literatura ha terminando ocupando un lugar destacado entre las fechas programadas, esto ha sido posible únicamente gracias a los amigos que se sumaron a la causa. La convocatoria literaria ni siquiera se abrió, se armó orgánicamente. Habrá una fecha con poetas coordinada por Flor Codagnone, otra que producimos desde Espacio 33 donde queremos lograr la enumeración que bautiza el festival, es decir, contar 33 Buenos Aires, y dos fechas más coordinadas por Palta Produce que combinan literatura y música. Uno de sus días, el 21 de febrero, estará dedicado a artistas extranjeros que viven acá. Ya solo esa parte de la programación nos tiene muy contentos. También habrá una muestra fotográfica durante todo el mes. A eso se suman obras de teatro como Ciudades (obra paisaje), de la Troppa Doppler, a quienes conocimos gracias a la convocatoria, y Alacrán o la Ceremonia, del español José Antonio de Lucía, quien ya nos visitó el año pasado y tenemos un vínculo de mucha admiración y cariño. Tendremos estrenos de la casa, varios acústicos y una charla coordinada por Juliana Corbelli, donde hablaremos con proyectos autogestivos que llevan muchos años trabajando: La Nave de los Sueños, Emprende Cultura, Tiempo Argentino, La Sede y Cine en Movimiento. El año pasado celebramos un encuentro parecido, movidos por nuestras inquietudes como grupo que recién empieza, y fue muy gratificante. Necesitamos mucho encuentros de este tipo, dar visibilidad a las iniciativas que se mantienen gracias al compromiso de sus gestores, intercambiar ideas, compartir dificultades. No solo supone un crecimiento personal, renueva el ánimo. Hay mucho por hacer y vivimos en una ciudad donde se puede aprender de los mejores. Nos gusta pensar que nuestro pequeño espacio servirá como punto de encuentro para quien quiera acercarse. 


Treinta y tres orientales 1119

PROGRAMACIÓN 

10 DE FEBRERO 
20h. Inauguración de la Muestra Fotográfica
 #33Buenos Aires
Federico Borobio, Diego Braude, Alesia Gervasi,
Soledad Peralta, Giampaolo  Samà, Leticia Valdés

21h Grupo MUTA. Danza teatro

11 de febrero
18h. 5 Poetas leen Buenos Aires / Coord. Flor Codagnone
Leen: Salvador Biedma, Gabriela Borrelli, Carolina Giollo, 
Ivana Romero, Franco Vaccarini
Música: Olga Farías

22h. Ciclotimia. #Vol. 5. Buenos Aires / Palta Produce
Nicolás Blum, Federico Justo, Verónica Stewart
Jorge Seleme / monólogo de Patricio Abadi
Agrupación Los Olvidados
ph. Damián Ferraro

16 de febrero / 21h. Alacrán o la ceremonia
José Antonio de Lucía
Dir. Román Podolsky

17 y 24 de febrero / 20.30h. Postal con vos al fondo
Lucía Asurey, Federico Justo, Matías Macri
Dir. Macarena Trigo

18 de febrero  / 21h. Hospital de caras
Grupo Sálvese usted mismo

22.30h. Acústico: Diagonal 

20 de febrero / 19h. Charla: Buenos Aires en red
Coord. Juliana Corbelli
Cine en Movimiento, Emprende Cultura, La Nave de los Sueños
La Sede, Tiempo Argentino

21 de febrero / 20h. Bochinche (Vocerío de otras partes) 
Palta produce
John Guarenas, Ivonne Guzman, Ever Roman, Nicolás Croes
Jaime Poblete Suárez / recita poemas de Jorge Luis Navarro
Juan Zuluaga 
ph. Heidi Martínez

23 de febrero / 20h. #33BsAs
Textos de Helga Fernández, Analía Medina y Macarena Trigo
Tangos: Gabriela Cosín y Lorena Galarza

24 de febrero / 22.30 Ciudades (Obra paisaje)
Dir. Verónica Barr / Tropa Doppler

25 de febrero / CIERRE DEL FESTIVAL
21h. Hospital de caras
Grupo Sálvese usted mismo

22.30h. Acústico: Un pueblito















Escena 7












Hacíamos teatro porque no hubiéramos podido hacer otra cosa.

No servíamos para nada más.
Nunca aprendimos otra cosa.
Yo sí.
Vos no sos profesional.
Pero gané un premio.
Una vez ganó un premio y ahora se siente premiado.
Pudimos tener un plan B.
¿Esto era el plan A?
No, no, esto pasó nomás.
Llegamos y ya estaba listo.
Un día empezamos y después no hubo modo de parar.
Mucho no se entiende. Te tiene que pasar.
En el cuerpo.
Hacíamos teatro mientras los otros jugaban en los parques, en sus patios de escuela, en sus piezas.
Nosotros hacíamos teatro dentro y fuera de la escuela.
Hacíamos teatro cada vez que nos caíamos, cuando nos pegaban, cada vez que nos castigaban.
Ahí, ya estábamos actuando.
Nunca lloré mejor que en esos años.
Yo armé una escena tremenda cuando se murió mi abuela. Aún hablan de esa escena en navidades, cuando nos juntamos.
Qué hiciste.
Odiaba a mi abuela, pero me di cuenta enseguida del potencial dramático de aquella situación y decidí acaparar toda la atención. Entonces fingí que su muerte me importaba y lloré como nunca me habían visto llorar. Lloré con toda el alma. Lloré tirándome al piso, retorciéndome, me provoqué arcadas de tanto llorar. Mi madre tuvo que abrazarme como si me quisiera frente a todos, muerta de vergüenza. No me lo perdonó nunca.
En tu casa son muy reservados.
Y muy hijosdeputa, sí.
Aquella fue una de mis mejores escenas y no hubo nadie que lo grabara. Pero todavía en mi familia la recuerdan.
Hacíamos teatro para no parecernos a nuestros padres.
O para imitarlos.
Para no tener que jugar con otros niños.
Odiábamos jugar a mamás y papás, al escondite, a las cartas.
Odiábamos los balones.
Hacíamos teatro para no tener que hacer nada de eso.
Y nos salía bien.
Sobre todo cuando no miraba nadie.
Aprendíamos poemas larguísimos.
Poemas del Siglo de Oro español.
Poemas de Lorca.
De Baudelaire.
Poemas que nos inventábamos sin darnos cuenta porque terminábamos mezclando sus versos con nuestros deseos.
Nuestros deseos con las ganas de ser ellos.
Ser otros. Parecernos a alguien más.
Hacíamos teatro porque la infancia era un patio diminuto donde nos pegaban.
Nos robaban el almuerzo.
Nos castigaban.
Nos explicaban cómo eran las cosas.
La vida.
Y la vida, ya entonces, era una mierda.
Hacíamos teatro para que la vida no fuera solo aquello.
Para que la vida no fuera solo una sala de torturas.
Para ser nosotros los que torturábamos.
Los torturadores.
No ser solo las víctimas.
No tener ocho años.
Doce.
Quince.
Nunca más.
Crecer deprisa.
Sin mirar atrás.
Convertirnos en adultos a la altura de nuestras expectativas.
Conquistar nuestros sueños.
No ser como todos.
Como ellos.
No parecernos a nadie.
(Silencio)
¿Qué nos pasó?
La vida.
La vida es una mierda.
Por suerte dura poco.
Quién lo dice.
La gente.
La gente es imbécil.
Optimista.

Es lo mismo. 


m.trigo