Javier Divisa












Escritor. 


¿Cómo te definís profesionalmente? 

Mercader y hablador de cosas normalmente frívolas para llegar a la transcendencia y/o vender unos zapatos Oxford de Divisa. 

¿Sabés por qué te dedicás a esto?

No. Los azares y la consciencia no se entienden mucho, en mi caso. 

¿Qué disciplinas resultaron fundamentales en tu formación? 

Asistir cuando era niño a unos cuantos funerales elegidos aleatoriamente entre las esquelas del periódico y ver la manera de conmemorar el fin de la vida. Las exequias enseñan la hostia. 

¿Qué es lo más útil que te ha enseñado tu trabajo?

Qué Chanel llevará la mujer musulmana bajo la kurta, y ama a los perros y los novios de tus clientas como a ti mismo. 

¿Y lo más hermoso?

Estima con criterio. Elige bien los ojos, no falles. 

¿Cuáles considerás que son tus principales fuentes e influencias creativas?

Metro Madrid, el mercado, el bar, la calle, la tragicomedia de la prensa.

¿Qué es lo que más te duele a la hora de ejercer tu vocación? 

Los ojos y levemente la cabeza partir del minuto 45 de la primera parte. 

¿Crees haber sacrificado algo importante para dedicarte a esto? 

Poca cosa. Lo llevo de una manera muy privativa e íntima. A los pocos días de la huida añoro el sacrificio. 

¿En cuántos proyectos laburaste el año pasado?

En 365. Cada día me levanto como un proyectil. A partir de ahí sé que el día irá a peor. Y así es como ley axiomática. 

¿Todos llegaron a mostrarse o estrenarse? 

Pon la mitad. Seamos ingenuos. Viva la euforia. 

¿Cuántos te esperan ahora?

Tantos como días para el cincel y el mármol. 

¿Cuál es el proyecto al que dedicaste más tiempo hasta la fecha? 

Descojonarme de algo cada día. 

¿Cómo lo recordás? ¿Qué hubo de bueno y de malo? 

Con resaca e ibuprofeno. Todo fue muy bonito. 

¿Vivís de lo que amás o tenés otra actividad que ayuda a pagar las cuentas? 

Tengo otra actividad. Dirijo una red de mendigos rumanos que llevan gorrito de lana y vaso del Starbucks. Si los ves, son míos. Los de la pierna izquierda a las tres menos cuarto. Todos míos. 

¿Con qué otras artes te relacionas habitualmente?

El amor, en la faceta de dador. 

¿Qué es lo más absurdo que has hecho por amor al arte? 

Dar el coñazo a las novias con los borradores. Pobres criaturas. 

¿Hay algo que no volverías a hacer? 

Desde luego, no cortar rosas con la mano en una rotonda por imperativo de una loca del coño. Era muy categórica ella. 

¿Qué estás leyendo? 

La muerte de mi hermano Abel, otra vez. Gregor Von Rezzori. Son 800 páginas y la primera vez pasé por alto unas 400. Espero que está vez sean 200. 

¿Qué autores recomendás siempre?

Roberto Bolaño, Ben Lerner, Von Rezzori, Martin Amis, Penelope Mortimer

¿Qué películas volvés a ver una y otra vez? 

Truman (risas). No. Voy: American Beauty, La gran belleza, La ley del silencio

¿Qué artistas – de cualquier ámbito - te resultan imprescindibles? 

Los camareros profesionales. 

¿Qué buscás en la gente con la que elegís laburar?

No halitosis y no joder al prójimo. Mi elección es residual. 

¿A qué profesionales de tu ámbito seguís de cerca? 

A Cara Delevingne y a los poetas de Facebook.

¿Con quién hablás sobre tu trabajo? ¿Pedís consejo o asesoramiento a alguien de confianza? 

Con Hermético. En líneas generales, no. 

¿Pedís subsidios para tus proyectos? ¿A qué instituciones?

Sí, estoy apuntado a la excursión a Marte de 2039.  

¿Por qué?

En 2039 seré milloneti. 

¿Por qué vivís en Madrid? 

Ya se me ha olvidado, supongo que no es fácil marcharse de aquí, atrapado por la mercadería y las responsabilidades burocráticas. Y los amigos. 

¿Hay algún viaje que marcara un antes y un después en tu trabajo? 

No. A mí la huella del viaje apenas me alcanza a una semana. Quizá demasiado pragmático. 

¿Cuándo te das cuenta de que tenés un nuevo proyecto entre manos?

Entre las 8 y las 9 a.m de cada día.

¿Sentís que tenés un sistema personal de trabajo? 

Sí. Iniciar la mañana como la moto de Valentino Rossi. 

¿Qué hay en tu lista de cosas pendientes? 

Morirme después de 2039 durmiendo la siesta. A corto plazo, una tercera novela que saldrá en otoño. Magdalena

¿Tenés un panorama claro de lo que vendría siendo tu trayectoria?

La verdad: No. 

¿Qué es lo que más te preocupa en tu futuro?

Ir a los funerales por obligación y no por gusto. 

¿Qué hacés cuando no estás trabajando?  

Pensar en trabajar. Y las menos, naufragar en el mar. 

¿Si no te dedicaras a esto qué estarías haciendo?

Posiblemente tendría una gorra de la Caja Rural, un tractor, un palillo en la boca, una suegra gordísima, un cd de Camela y un carnet del puticlub Chari´s.